“Mare, me regreso a Yucatán”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]”Sha…tá”, dice #Mimaridoyucateco, imitando burlonamente a los argentinos cuando dicen “Ya está”. Y para decirlo, pone los ojos chiquitos y caídos, junta los labios y practica un largo “sh…” para darle un toque bien socarrón a la palabra.

Después de vivir 10 años en Buenos Aires, pasar mucho frío, comer poco picante, dormir en cama en lugar de hamaca y, sobre todo, escuchar la “sh” todo el tiempo al grado de sentir que se le perforaban los tímpanos, el yucateco regresó a su tierra, IUCATAM (así lo dice él).

Pero no vamos a hablar de él, vamos a hablar de mí. Porque soy argentina, “sencishita y carismática”, porque -como ustedes dicen- cuando el cielo relampaguea es porque Dios le está tomando fotos a un argentino, porque todos los argentinos queremos ser astronautas para ver lo aburrida y triste que se ve la tierra sin nosotros y porque, en definitiva, el EGO es el argentino que todos llevamos dentro.

Bueno, el caso es que regresamos. Dos yucatecos (marido e hija) y dos argentinos (hijito y yo, aunque el hijito se nos hizo mexicano apenas tocó tierra maya). Habíamos vivido aquí hace 10 años pero cuando nació la niña yucateca, me agarró extrañitis familiar y nos fuimos a Argentina. Después de una década (“ganada” para el Kirchnerismo y “perdida” para nosotros, como para muchos paisanos míos), pensamos en darle un volantazo a nuestra vida, criar a los hijos en un lugar más tranquilo (sin la locura de Buenos Aires), vivir a 110 en lugar de 220 voltios y… Acá estamos.

#Mimaridoyucateco consiguió trabajo desde allá, yo también (aunque después lo cambié por este que tengo ahora), armamos unas pocas maletas -imposible traer una vida de 10 años en avión-  y Sha… tá.

Les cuento por si no lo notaron, pero Yucatán ha crecido notoriamente en 10 años. Es increíble el cambio que vemos en varios sentidos: Mérida está enorme y hermosa, hay cientos de fraccionamientos más que cuando nos fuimos, hay mucha oferta y demanda de servicios, centros comerciales, plazas, cines, supermercados, edificios altotes, concesionarias de autos, clínicas y hospitales, lugares para comer, para comprar ropa, escuelas, iglesias… De todo.

Mucha oferta, mucha demanda y mucho dinero dando vueltas. Me pregunto desde que llegué de dónde sale tanta lana para inversiones. Dicen que vivimos en uno de los estados más tranquilos del país y se nota… ¿Es tan real esto? Otro día hablamos del tema.

Volviendo a mí, les cuento que me dieron este espacio para que les platique cómo vivo el regreso a la tierra de ustedes (llegamos hace tres meses) y ustedes, además de leerme, conocen un poco más sobre cómo somos los argentos porque, aunque nos tilden de egocéntricos, soberbios, charlatanes y otros adjetivos tan bonitos, les cuento que tenemos el corazón bien grandote, que cuando somos amigos de alguien, en realidad somos “hermanos” de sangre distinta;  que  eso de “tu casa es mi casa” en argentino es cierto: si te invito a mi casa es porque puedes abrir el refri y prepararte algo sin pedir permiso; que damos besos para saludarnos porque somos cariñosos y nos gusta apapachar en demasía; que decimos las cosas sin filtro pero también escuchamos lo que tengan para decirnos sin filtro, y no hay pedo.
Que cuando queremos, en definitiva, lo demostramos con creces, sin guardarnos nada.

¿Y saben qué? Quizás que de entrada no les caemos muy bien, pero dennos chance, coño… Ustedes a nosotros nos caen a toda madre, y hay muchísimos argentinos que han elegido este país para quedarse y armar una familia mixta (como la nuestra) y eso nos hace, además de sincréticos, más ricos de mente y corazón. Ah, y les cuento que en Argentina también hay muchos mexicanos que eligieron armar sus familias mixtas allá y han hecho de mi tierra su tierra.

Me despido hasta el viernes. Tengo calor, mucho. Una amiga chilanga de nacimiento y yucateca por adopción me dijo que, como ya pasé los tres meses de adaptación, me voy a acostumbrar cada vez más al calor. Chingaderas, manita, está más cabrón que cuando vivimos hace más de diez años ¿Ustedes cómo la ven?

Por cierto, ¡Gracias por leer![/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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