Con el presunto apoyo de servidores y notarios públicos, el señor Jorge Manuel Peraza Sáenz “La Morsa”, pretende despojar de su patrimonio a la señora Beatriz Barbudo Palomo, de 82 años de edad, y quien sufre de una enfermedad terminal.
Según la afectada, este grupo de personas, encabezados por “La Morsa” le quiere quitar su vivienda, la cual le compró al demandante en 2011, tras la firma de una promesa de compraventa, ante el Notario Público Luis Silveira Cuevas, por el predio 511 de la calle 25a de la Colonia Nuevo Yucatán.
El precio pactado fue cerca de dos millones de pesos, con un primer pago de la mitad del costo y el resto en mensualidades pagadas en cheques.
Sin embargo, al cubrirse y pedir la escrituración del predio Barbudo Palomo se enteró que se intentó un juicio de prescripción positiva a favor de la citada “Morsa”, lo que el juzgado no autorizó, por lo tanto, Peraza Sáenz ya no podría escriturar, por lo que se le pidió la devolución del dinero, pero este se negó y dijo tenía contactos para solucionarlo.
Hace unos días llegó con una escritura a favor de Peraza Sáenz hecha por el Notario Mario Montejo (está de baja por malos manejos), con la sorpresa de que la escritura del predio se hizo aun cuando la persona que aparecía como propietaria ya había muerto, por lo que era imposible hubiera estado presente en dicha notaría, ante esto y viendo la irregularidad de nuevo se le pidió el dinero a “La Morsa” y se le ofreció entregarle la casa a lo que él no acepto y dijo que sacaría con la fuerza pública a doña Beatriz.
Ante ello, la señora Barbudo Palomo promovió un juicio civil por revisión de contrato y el juzgado civil falló a su favor y le ordenó a “La Morsa” pagar, pero él, cambió sus propiedades de nombre, se insolventó y simuló un juicio laboral con tres conocidos suyos apoyándose de otro notario no de muy buena reputación, el Licenciado Carlos Evia.
Para todo esto ya existía una denuncia de fraude en la agencia 35 del Ministerio Público de Cordemex donde se había anexado documentos del Seguro Social donde se acreditaba que los supuestos trabajadores, Vanessa de Jesús Smith Ceballos (pareja sentimental de la Morsa) y José Luis Romero Hernández, expolicía judicial y otro que es al parecer es pariente del estafador, laboraban en otros lugares en los tiempos que decían eran empleados de él; demostrándose que con artimañas y corrupción él fue avanzando y el expediente estuvo detenido por un funcionario de apellido Cetina que también fue cesado por vínculos en irregularidades inmobiliarias.
“Es algo que pague y actúe de acuerdo a la ley y yo no tengo a quien acudir ante esta injusticia, he caminado por juzgados, ministerios públicos y los lugares que se pueda imaginar buscando justicia y hoy a mis 82 con una enfermedad grave terminal se terminan saliendo con la suya y triunfando la injusticia, todo se puede demostrar y toda obra en los expedientes”, manifestó.
Según la notificación, la señora será desalojada en unas horas por la fuerza pública de su patrimonio, lo que demuestra que la llamada mafia inmobiliaria sigue haciendo de las suyas en la entidad.
