Los problemas sociales, una bomba de tiempo en Kanasín

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Kanasín tiene muchas cosas. Casi 100 mil habitantes y cinco suicidios en lo que va del año. Tiene muchos votantes para el próximo proceso electoral pero no tiene internación del IMSS ni especialidades médicas si un paciente se enferma.

Tiene una bonita plaza principal con la famosa estatua a “Pepillín” su aún más famoso personaje “El Chel de Kanasín” (ambos acompañados de Jorgito), y muchos robos, delincuencia, casos de alcoholismo y violencia de género. Tiene mucha gente buena y trabajadora que se parte el alma por su familia y tiene también rateros y malvivientes que hacen del lugar un sitio inhóspito para vivir.

Yucatán Ahora fue hoy a entrevistar al alcalde priísta Carlos Moreno Magaña, pero en las oficinas de Presidencia del Palacio Municipal nos dijeron que no estaba. Tampoco pudimos hablar con Prensa porque estaban ausentes y mucho menos con regidores porque en sus oficinas no atendió nadie.

Entonces salimos a dar un recorrido por el centro de la ciudad. A media mañana la zona del mercado estaba llena de gente ofreciendo sus productos y haciendo compras. En la Plaza Principal había trabajadores realizando tareas de limpieza y algunas personas mayores. Las calles están llenas de mototaxis, el medio de transporte por excelencia en Kanasín.

Tratamos de platicar con los kanasinenses que nos cruzamos en nuestro recorrido pero casi ninguno quiso contarnos cómo está la ciudad, cómo se sienten, cómo viven a diario allí.

Con respuestas evasivas contestaron algunas cosas, pero cuando la pregunta se hacía más concreta, evadían la mirada y se iban. Una vendedora de masa, oriunda de un fraccionamiento del rumbo, nos contó que durante el día las calles están tranquilas pero a la noche sí está más peligroso. “Son borrachos que se drogan y salen a robar”, nos cuenta, escuetamente. También dijo que del tema suicidios no se habla, que el alcoholismo está complicado en todas las edades y que sienten que el gobierno no los apoya.

Otra persona que platicó un poco con nosotros fue un joven vendedor de frutas que coincidió con la señora en que Kanasín se pone más peligroso de noche y que hay mucha inseguridad. “Algunos son rateros de Yucatán pero otros son de fuera que ahora viven acá”, relató, pero cuando le pedimos que fuera más específico se fue.

Antes de irnos pasamos por una escuela primaria del gobierno en horario de salida de clases. Padres de familia retiraban a sus hijos a pie o en mototaxi. Enfrente, literalmente enfrente y en el medio de la ciudad, está el Cementerio Municipal, bastante deteriorado.

Hace unos pocos días, Yucatán Ahora entrevistó a Omar May Sauri, un kanasinense que realiza labores sociales para que su ciudad mejore. Actualmente y junto a un equipo de trabajo están creando proyectos para que no sólo los gobiernos municipal, estatal y federal tengan en cuenta, sino también asociaciones civiles que vayan encausadas a reconstruir el tejido social y a fomentar “que la familia es todo en la vida”, como él mismo dice.
La reconstrucción de ese tejido social maltrecho, la salud y los empleos son la base del trabajo que están realizando. Ojalá volteen a verlos y ayudarlos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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