[vc_row][vc_column][vc_column_text]Dicen que quien no deja de darse topes de cabeza tras el desastre electoral del PRI es el vallisoletano Liborio Vidal Aguilar.
Y no es para menos, porque trascendió que desde semanas antes de que se diera a conocer la candidatura del ex panista Joaquín Díaz Mena por la gubernatura bajo las siglas de Morena, la primera opción en la que se pensó fue precisamente Vidal Aguilar.
Sin embargo, el vallisoletano rechazó la oferta porque en el PRI ya lo habían apaciguado con el ofrecimiento de dos secretarías para su gente en un gabinete que ahora se esfuma, y que se ha convertido más en una quimera que en una realidad.
También le ofrecieron poner candidato a la alcaldía de Valladolid, que finalmente terminó ganando Morena, y las diputaciones de los distritos locales III y IV de Mérida, que encabezaron Efraín Aguilar Góngora y Paola Mujica, quienes perdieron ante Morena y el PAN-Movimiento Ciudadano, respectivamente.
Los únicos puestos con los que se quedó fueron la diputación federal del I Distrito, que ganó su sobrino Jesús Vidal Peniche, y una regiduría plurinominal para su hijo Liborio Vidal Cañetas, en el Ayuntamiento de Mérida.
Esto convierte a Vidal Aguilar en uno de los grandes perdedores de esta contienda, pues de haber aceptado la candidatura de Morena, incluso perdiendo hoy tendría una privilegiada posición frente al nuevo presidente electo Andrés Manuel López Obrador, de quien sería uno de sus principales interlocutores en la región.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
