‘La única forma de que el delito se acabe es que la humanidad desaparezca’

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El aumento de la reincidencia del robo a casa habitación en el Estado es consecuencia del actual sistema de justicia, afirmó el director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Carlos Alberto Macedonio Hernández.

Aclaró que la problemática no se refleja en la estadística, debido a que los afectados se abstienen a denunciar este tipo de delito, debido a numerosos factores, como el tiempo invertido en el Ministerio Público, además que la persona que no ingresa directamente a la cárcel.

Reconoció que cuando una persona comete un robo, el presunto delincuente tiene el privilegio de no ir a prisión preventiva, tal como lo establece el Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Oral, así como el nuevo Código Procesal Penal que lo sustenta.

Debido a que el robo no es un delito grave, al individuo que comete el atraco no se le aplica la medida cautelar de la prisión preventiva, por lo que el proceso se realiza en libertad, sin embargo, ello ha ocasionado que algunas veces esta persona vuelva a reincidir.

Explicó que el juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, delitos cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación.

Sin embargo, en el caso de los robos, a excepción de los cometidos con violencia, el presunto delincuente no puede ir a la cárcel.

Reconoció el aumento de la reincidencia de los robos a casa habitación, de ahí la necesidad de modificar el Código Penal Federal para tipificar esta actividad como un delito grave, y por ende, vaya a prisión preventiva.

“El robo a casa habitación no es un delito grave, por lo que el presunto ladrón no va a la cárcel, pero luego de reconocer su delito vuelve a robar, entonces hay que considerar que debe ir a prisión preventiva, aunque no exista la violencia ya que ante este tipo de conductas tampoco debe de haber impunidad”, acotó.

Remarcó que el Código Civil dice que si el presunto indiciado acepta su delito y se compromete a hacer la reparación del daño, se establece un juicio abreviado, por lo que ambas partes resultan beneficiadas.

Macedonio Hernández comentó que “el yucateco está acostumbrado a que el presunto delincuente se vaya a la cárcel, aunque sea por un delito menor. Ahora, la cultura es diferente, y en momento se busca resarcir el daño, llegar a un acuerdo, pero la gente lo toma como impunidad y piensa que ya no hay justicia”.

Por tal motivo, cuando una persona es víctima de un robo, prefiere no acudir al ministerio público para interponer la respetiva denuncia penal, pues piensa que no tiene caso, ya que el presunto delincuente no irá a la cárcel, por lo que con o sin querella continuará la ola delictiva.

En torno a la reducción del número de denuncias, aclaró que el robo es un delito no puede desaparecer, se mantendrá vigente, pero puede disminuir, de ahí la importancia del fomento de la cultura del respeto a lo ajeno.

Evocó la frase del sociólogo Emile Durkein, quien estableció que “la única forma que desaparezca el delito, es cuando la humanidad desaparezca”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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