La Uady y los médicos que no pudieron ser: ¿pudo evitarse el déficit de profesionales de la salud?

Radar Político/Columna

MÉRIDA, 2 de abril de 2020.- Cada año más de tres mil jóvenes aspiran a ingresar a la Facultad de Medicina de la Uady, pero en cada periodo solo acepta a un puñado de ellos, lo que la convierte en uno de los planteles con más demanda y mayor rechazo de sustentantes.

En una ocasión, periodistas de Yucatán Ahora le preguntaron a directivos de la Facultad por qué no ampliaban el número de vacantes ante la gran cantidad de aspirantes que había cada año, los cuales no solo provienen de Yucatán sino también de otros estados peninsulares e incluso de otras partes del país.

La respuesta fue que todo depende del sistema de salud, que no genera el número de plazas suficientes para que los profesionales de la medicina puedan ejercer.

En consecuencia, ellos tienen que aceptar solo a un reducido número de aspirantes para que pueda egresar el número de médicos que se requieren, a fin de que los jóvenes no caigan en el desempleo o el subempleo.

La respuesta sonó bastante lógica y comprensible, sobre todo porque durante mucho tiempo, décadas podría decirse, los gobiernos de todos los colores que han pasado no le invirtieron lo suficiente al sector salud.

En consencuencia, como admitió ayer el Gobierno Federal, hay un déficit de dos mil médicos para atender la emergencia sanitaria por el coronavirus Covid-19.

No se trata de buscar culpables en el actual gobierno, porque a ellos, tanto a nivel federal como estatal, les ha tocado administrar lo que les dejaron décadas de mínima o nula inversión en el sector salud.

En Yucatán tenemos los ejemplos de los hospitales de Ticul y Tekax, donde no solo no se concluyeron sino que se empezaron a construir con esquemas pensados en beneficiar a los compadres y amigos antes que a la gente.

Por cierto, no vemos a Ivonne Ortega saliendo a promoverse en estos días. ¿Será que tiene mucha cola que le pisen? En gran medida ella y sus cómplices serán responsables si colapsa el sistema de salud de Yucatán.

Igual lo son funcionarios del sexenio rolandista, que por venganza política no movieron ni siquiera un dedo para que esos hospitales se concluyeran, y mucho menos fomentaron otros nuevos en lugares donde mucha falta hace infraestructura de salud.

Tal vez el coronavirus no venga como anillo al dedo, pero sí ha puesto en evidencia que hicimos y permitimos que se hicieran muchas cosas mal, no solo en el sector salud sino también en el aspecto económico, en materia de empleo, del sector laboral, de la corrupción y en muchos temas que hoy nos pasan factura.

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