La represión de la tía Fabi, lo salvó de la represión en Tlatelolco

[vc_row][vc_column][vc_column_text]”No, no vas a ningún lado. Te quedas aquí”, le dijo su tía Fabi. Y no hubo explicación o excusas que valieran.

“Pero, tía Fabi…”, trató de cuestionar Felipe Neri, con la cabeza y el corazón encendido por ir con sus cuates a la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco ese 2 de octubre, hace 49 años.

“Pero nada ¡No vas!”, les volvió a decir. Y hasta recuerda que le mentó la madre.

Felipe Neri Espinosa Herrera tenía 18 años y agachó la cabeza. Este joven oriundo de Cansahcab, Yucatán, vivía hacía ya dos años en Ciudad de México, donde trabajaba y estudiaba. Vivía el empoderamiento que le daba la militancia política de aquel entonces, sentía que urgía un cambio, que tenían que pasar cosas para que México fuera otro país, uno mejor… Pero no pudo hacer nada. Sólo hacerle caso a la tía Fabi. Esa tía que, seguramente, le salvó la vida.

Hoy se cumplen 49 años de la masacre de Tlatelolco, donde el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó reprimir a estudiantes que se manifestaban en su contra. Hubo cientos de muertos, heridos y miles de detenidos en un hecho que fue una ruptura para el pueblo mexicano.

Felipe Neri lo recuerda como si fuera hoy. “Vivía con mis tíos en Jesús María entre Regina y Mesones, en La Merced, a espaldas de La Aguilita. Como la tía Fabi no me dejó ir a la plaza, subí con unos amigos a la azotea y desde allí escuchábamos el fragor de las balas y los destellos en el cielo que se iluminaba. Teníamos la certeza de que iría mucha gente a la manifestación, muchos amigos y estábamos calientes por ir también… Sentíamos ese temor en el corazón, pura adrenalina. No dormimos durante toda la noche con una angustia enorme”, recuerda, nostálgico.

Y es que no había celulares ni whatsapp, ni historias de Instagram ni posteos en Facebook. Sólo la certeza en el corazón de que “algo estaba pasando” y que sólo al día siguiente podrían averiguarlo. Sin embargo nunca pensó que podría ser lo que fue.

Felipe Neri nació el mismo día que el santo, de ahí su nombre. Igual todos lo decían y le dicen “Flaco”. Cuando se salió de estudiar en el Seminario Conciliar, su padre le dijo que se iría a estudiar y trabajar con su tío Gabino a Ciudad de México. “No me preguntaron si quería ir, me mandaron”, aclara.

Era su primera vez en la capital del país y Felipe Neri sentía una mezcla de miedo y respeto por la ciudad. Inmediatamente se puso a trabajar en una jarciería de su tío Gabino. Al año siguiente comenzó la secundaria en una escuela nocturna para hijos de trabajadores por La Ciudadela.

Eran otros tiempos y la juventud estaba politizada, querían un cambio, lo exigían. Felipe Neri recuerda que estaba en la secundaria en 1968 y militantes de la Vocacional Nº 5 de Ciencias Sociales y de la Vocacional Nº 2 de Matemáticas iban a buscarlo junto a sus compañeros para ir a Bucarelli a pintar camiones.

“Éramos del Comité de Lucha y exigíamos un cambio, que se hiciera una huelga… Yo no entendía del todo lo que pasaba pero sí me daba cuenta de la injusticia social que vivía mi país, de la miseria en la que estaban muchos y no quería eso, ninguno de nosotros lo quería”, señala.

Felipe Neri recuerda que también marchaban y que muchas veces aparecía el ejército y los correteaba. “Todo el mundo corría para todos lados y sentíamos que se nos iba a salir el corazón del pecho”, cuenta.

Pero ese 2 de octubre, hace 49 años, la tía Fabi le dijo que no. Después de pasar la noche en vela con sus cuates, Felipe Neri se preparó para salir a la calle para ir a la chamba.

“Estábamos en estado de sitio y buscábamos las noticias en la prensa, pero nada… También tuve conocidos que sí fueron a la plaza ese día. Luego los buscaron, entraron a sus casas y se los llevaron… Nunca supimos dónde están”, recuerda.

Para Felipe Neri lo que ocurrió hace 49 años fue un parteaguas en la historia mexicana y está convencido que hoy día, como cada 50 años, debe haber un cambio.

“No tiene que ser un Tlatelolco porque no podemos derramar sangre nunca más. Sin embargo es necesario que los jóvenes se comprometan desde la secundaria a estudiar, que le exijan a sus maestros, que no se agachen y sean rebeldes. Es necesario que se ponga el cambio a favor de los independientes, ahí está el futuro”, concluye.

Felipe Neri regresó a su natal Cansahcab hace 15 años, dice que ejercerá su derecho sin partido a ser votado como gobernador de Yucatán en el período 2018-2021 por el Movimiento Social Vanguardista.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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