La pesca, la actividad productiva más peligrosa de Yucatán

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Actualmente, la pesca se convierte en la actividad laboral de mayor riesgo de Yucatán, debido que los hombres de mar carecen del equipo necesario para garantizar su vida al momento de trabajar así como también a la obesidad y el subregistro de las enfermedades crónicas, afirmó el especialista de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), Robert Oswaldo Huchim Lara.

Aclaró que la situación se complica aún más durante el período de captura de langosta, sobre todo, del pepino de marca, actividad que concluyó el pasado fin de semana anterior.

Afortunadamente, en este año, durante la captura de pepino de mar, no se registraron defunciones por descompresión, sin embargo, la problemática se registra en el resto del año, durante las actividades furtivas.

Indicó que la enfermedad por descompresión, intoxicación por gases y encuentros con fauna marina son los riesgos más comunes que enfrentan los buzos pescadores en su actividad diaria.

Comentó que en las costas de Yucatán, la escasez de langosta y el creciente comercio de pepino de mar han incrementado la necesidad de bucear durante más tiempo y en condiciones más adversas.

Definió la descompresión como una enfermedad caracterizada por la formación de burbujas debido a la acumulación del nitrógeno disuelto en el cuerpo al estar sometido a una presión ambiental anormal, es decir, diferente a la expuesta en tierra.

“Si no se dan los tiempos adecuados durante el ascenso a la superficie para eliminar el nitrógeno a través de la respiración, tiene lugar la sintomatología característica de esta enfermedad”, la cual puede generar graves secuelas a la persona, y en el peor de los casos, costarle la vida, explicó.

Aunque patológicamente el fenómeno de descompresión es el mismo en el buceo de pesca comercial y en el buceo recreativo, los factores que influyen en cada uno de estos son muy diferentes, acotó el estudioso del Cinvestav-Mérida.

“Aquí hablamos de que el pescador tiene la necesidad de capturar las diferentes especies con valor comercial para la obtención de un ingreso económico y con ello el sustento de la familia”, comentó.

Lamentó las pésimas condiciones del equipo con que cuentan los pescadores, muchas veces son de fabricación casera, además que con el objetivo de capturar el mayor volumen posible, no toman en cuenta el tiempo adecuado que permita la descompresión.

De igual forma, “la obesidad y enfermedades crónicas son factores de riesgo importantes”, subrayó el posdoctorando en el programa de Bioeconomía Pesquera y Acuícola.

Explicó que la obesidad es una de las problemáticas principales, debido a que el tejido adiposo secuestra el nitrógeno y lo libera muy lentamente, cuando no se dan las paradas adecuadas de descompresión, lo que favorece la formación de burbujas de este elemento.

Asimismo, se encontró que existe un subdiagnóstico de enfermedades crónicas, es decir, hay enfermedades que el pescador padece pero lo ignora. Entre estas, la hipertensión y la diabetes.

De acuerdo con los estudios, la curva de edad de los pescadores cada vez se dirige más hacia edades mayores y el consumo de alcohol dispara los efectos dañinos de estos factores.

 

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