La niña que venció sus miedos vuelve de Barranquilla con dos medallas

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Un día hace 15 años, Ángel y su esposa Cristian llevaron a sus niñas al puerto de Progreso. La mayor, de ocho años, no dudó ni un instante en meterse al mar pero Wendy, de seis, tenía miedo.

Abrazada fuerte a su papá y con el chaleco salvavidas puesto, estaba inmóvil, con pánico. En ese momento sus padres decidieron anotarla en natación y hace unos días la niña que venció sus miedos regresó de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 con dos medallas de oro obtenidas por su participación en la Selección Mexicana de Nado Sincronizado.

Desde el día que se metió por primera vez a la piscina del Estadio Salvador Alvarado, Wendy Mayor Cabrera no paró de vencer sus miedos y de avanzar, vertiginosa, en el deporte yucateco y nacional. Otra vez su papá Ángel la recuerda, también chiquita, en un momento de recreación luego de una clase de natación, cuando vio a la más pequeña de la familia subirse al trampolín de 10 metros de la piscina olímpica del estadio.

“Me llamó la atención que se lanzara al agua desde tan alto y cuando salió del agua le comenté que no sabía que le gustaba lanzarse del trampolín y le pregunté por qué se tiró. Me respondió: ‘No es que me guste, papá, me tiro para vencer mis miedos’, tenía ocho años”, recuerda Ángel, emocionado.

Wendy tiene hoy 21 y hace 12 años integra la Selección Nacional, primero infantil y ahora de primera fuerza. Cuenta que le encantaba ver a las chicas que practicaban nado sincronizado en el Salvador Alvarado. “Veía las cosas que hacían en el agua, nadaban como sirenas y me gustaba mucho, además de la convivencia con mis amigas, yo lo veía como un medio social para hacer amistades y así le fui agarrando muchísimo afecto al deporte”, relata la campeona.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas. Wendy recuerda que al principio el nado sincronizado presenta dificultades para sostenerse en el agua y aguantar la respiración. “Es una disciplina que integra ballet, danza contemporánea, acrobacia y mucho gimnasio. Lograr la flexibilidad y aguantar la respiración es clave para avanzar en este deporte”, relata Wendy.

La Selección Mexicana ganó oro en dos pruebas: equipo técnico –Prueba de ocho personas que nadan en parejas con cinco requerimientos a evaluar por los jueces- y equipo combinado (prueba de 10 participantes que se puede combinar con solo, dueto y equipo).

Mariachis y trabajo en equipo

“En la segunda prueba sonó la música de la película “Coco” y conmovió mucho al público. Nosotras nos emocionamos también porque la porra nos llevó mariachi y fue como sentirnos en México pero en Colombia”, señala.

Para Wendy el trabajo en equipo en esta disciplina es clave. “Antes de entrar al agua tenemos que confiar en el trabajo no solo propio, sino de cada una de las compañeras. Nunca se dio una equivocación fuerte por eso confiar es la clave del éxito”, manifiesta la atleta, quien participó en los Juegos de Barranquilla 2018 junto a otras dos yucatecas: Karen Achach y Regina Alférez.

Y si de vencer miedos se trata, Wendy no tiene techo. Desde hace 10 años se animó a dejar a su familia para vivir, entrenar y estudiar en la Ciudad de México. Desde el Centro Deportivo de Alto Rendimiento (CEDAR) entrena diario de 9 am a 3 pm y luego estudia Administración en la Universidad Autónoma del Estado de México.

“No terminas de acostumbrarte a estar lejos de tu familia, sobre todo porque somos muy unidos. Sin embargo ellos vienen a visitarme y ahora estoy de vacaciones por tres semanas compartiendo lindos momentos juntos”, indica.

¿Y qué se viene para Wendy? En el camino de vencer miedos, la campeona tiene metas a corto y largo plazo.

“A corto plazo están los Juego Panamericanos 2019, donde esperamos obtener el primer lugar en equipo. Si ganamos, tendremos la entrada en los Juegos Olímpicos 2020, esa es mi meta a largo plazo”, detalló.

Y tampoco quita el dedo del renglón en estudios universitarios y sigue para adelante para terminar la carrera de Administración, otra meta a largo plazo para continuar luego con una maestría.

Más fogueo

Sobre el nado sincronizado en Yucatán, Wendy destaca el apoyo de los papás y el esfuerzo de los deportistas, quienes “con mucha pasión y disciplina han logrado grandes éxitos”, manifiesta. Para la atleta los mexicanos ya están entre los primeros siete lugares del mundo y siguen en muy buen camino.

“Falta apoyo en fogueo, que las atletas de nado sincronizado puedan competir contra equipos de distintas partes del mundo y que también traigan a México jueces internacionales para que nos califiquen. De esta forma podemos aprender de otros equipos y eso siempre suma”, detalla.

Mientras tanto, Wendy sueña con una competencia de “solo”, donde pueda demostrar todas sus aptitudes. “Todas las que participamos en esta disciplina soñamos con eso y para eso trabajamos”, concluye.- Cecilia García Olivieri.

Curiosidades del nado sincronizado

  • Practican apnea para “aguantar” más tiempo debajo del agua.
  • Para las rutinas cuentan con bocinas afuera y dentro de la piscina, así siguen escuchando la música.
  • Para coordinarse, todas cuentan hasta ocho y vuelven a empezar.
  • El maquillaje que usan es a prueba de agua y también se fija con spray para que no se corra.

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