La migración yucateca tiene también un rostro femenino

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El problema de los migrantes yucatecos que buscan una mejor calidad de vida en California, Estados Unidos también tiene un rostro femenino que pocas veces de menciona. Este fenómeno ha permitido que muchas más mujeres busquen nuevas oportunidades, tengan un empoderamiento y represente un cambio en su estilo de vida.

El investigador Pedro Lewis Fisher, perteneciente al Centro INAH-Yucatán, señaló que, a lo largo de tres décadas ha estudiado las condiciones que se presentan en los núcleos familiares yucatecos marcados con el fenómeno de la migración transfronteriza.

En el marco de la XVII Semana Cultural de la Diversidad, que se realiza en la Universidad Autónoma de Yucatán, Lewis Fisher presentó la ponencia “Migración transnacional, familias y desigualdades,” como parte de la mesa de discusión: Iguales, pero diferentes, diversidad cultural, genérica y sexual.

Ahí, el expositor destacó que el fenómeno de la migración de lo hombres mayas yucatecos ha servido para reordenar el proceso organizativo de los núcleos familiares, debido a que, muchas de las mujeres cuyos esposos viajan hacia los Estados Unidos se convierten en representantes generales de la familia. Con ello, se modifica la educación, armonización del uso de mando, transformando el machismo en la vida de la célula integradora.

Este mismo fenómeno, en el caso de las mujeres que migran también se advierte desde la capacidad de poder alcanzar una capacidad económica, que antes no tenías, señaló el investigador. Si bien, el problema es complicado, las mujeres que viajan y permanecen en Estados Unidos no tienen grandes opciones de empleo, si pueden logran colocarse en su mayoría como personal de limpieza y servicio doméstico.

En este caso, argumentó Lewis Fisher, el problema de presenta en muy distintas condiciones, ya que conlleva nuevas desigualdades para las familias que logran vivir al otro lado de la frontera. Muchos de los problemas de las mujeres yucatecas que han migrado es la educación a distancia para sus hijos, que quedan en manos de los abuelos y que no tienen las mismas formas y valores para aplicar reglas y formas en la exigencia de los nietos.

De esta manera la mujer migrante yucateca tiene que confrontar una mayor cantidad de problemas derivado de su determinación de cambiar de ubicación, a esta condición se agrega la convivencia de una familia transnacional o transfronteriza, argumentó. En algunos casos, cuando la mujer ha migrado logra llevarse a sus hijos, la condición es cuando estos niños que ahora tienen otro sistema de valores y educación se enfrentan a sus padres, refirió.

En la educación estadounidense se incluyen de manera más amplia información sobre los Derechos y esto repercute en los mecanismos de entendiendo del núcleo familiar, ya que cuando un infante necesita un correctivo, el joven o infante alude a la condición de que si es golpeado o reprimido puede acudir a la policía para defender sus derechos, situación que no es comprende en el orden educativo local.

Es preciso advertir, comentó que, este tipo de situaciones incluyen en los modos y maneras en las que las familias se complementan. Las tareas de las mujeres que muchas veces no tienen el mismo sistema de valores alcanzan situaciones de conflicto entre los integrantes de la familia por aspectos que deben modificarse para que todos se adapten a las nuevas condiciones de vida en un ambiente muy disperso y lleno de condiciones adversas, indicó.

En su ponencia, Lewis Fisher explica que las condiciones actuales establecen toda una serie de nuevas tareas que las mujeres deben comprender y adquirir para insertarse en las tareas laborales en un país distinto, educar a sus hijos a distancia, aprender un nuevo sistema de valores para educar a su familia y transformar su entorno para mantener la célula familiar unida, comentó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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