La llamada que le cambió la vida a un estudiante de 18 años, hoy en prisión

Cuando la noche del viernes 6 de diciembre Braulio L.S., de 18 años, recibió una llamada en celular estando en su domicilio, al ver de quién se trataba su primer impulso fue rechazar la llamada, pero finalmente contestó.

Se trataba del empresario artístico Sergio Serranova, quien lo estaba invitando a ir a su casa en Francisco de Montejo, porque quería verlo.

Al principio Braulio le dijo que no podía, porque al día siguiente tenía partido de futbol en la escuela, pero Sergio Serrano le insistió e incluso le envió un taxi.

No era la primera vez que el joven de 18 años, soltero y estudiante, iba a la casa de quien en vida se llamó Sergio Serrano Navarro, a quien conoció porque Braulio trabajaba como mesero en el restaurante bar “La Casita del Cheviche”, del cual el promotor artístico era socio.

Serranova lo invitaba a cervezas e intercambiaban mensajes de celular. Cuando Braulio iba a la casa del empresario, en la calle 49-C entre 54 y 56, veían películas y videos. Luego el empresario le hacía sexo oral y le pagaba 600 pesos por cada encuentro.

Sin embargo, esa noche el empresario quiso ir más lejos. Apenas llegó el joven le practicó sexo oral, luego le pidió que sostuvieran relaciones sexuales, pero Braulio se negó alegando que tenía una enfermedad contagiosa.

Esto molestó mucho al promotor artístico, que le reclamó su falta de cooperación, pues ya había invertido mucho dinero en él.

Luego lo sujetó e intentó penetrar al joven, quien se reviró y le dio un cabezazo. En respuesta Serranova se armó con un cuchillo de sierra y le lanzó varios tajos a Braulio que le causaron heridas en las manos, tras lo cual forcejearon y el más joven logró desarmar al promotor artístico.

Entonces Braulio agarró el cuchillo y le causó lesiones en distintas partes del cuerpo, en el cuello, cara y cabeza, unas 25 en total, hasta verlo caer inmóvil.

Acto seguido metió ropa en una maleta, se cubrió las heridas, pidió un taxi y le llamó a su padre.

Luego de pasar por un consultorio del Doctor Simi y la Clínica Pensiones, paró en el hospital O’Horán, donde lo atendieron cuando ya era el sábado 7 de diciembre.

Después de contarle lo ocurrido a su familia, contrataron unos abogados que le aconsejaron que colabore con la justicia y se presentó voluntariamente a rendir declaración.

El joven, como anticipamos en nuestra edición de ayer, fue presentado ante un juez que lo imputó por el delito de homicidio simple, que se castiga con una pena de 10 a 15 años de prisión.

Su defensa había propuesto que fuera procesado por el delito de homicidio cometido en riña con el carácter de provocado.

Se plantearon los argumentos de vinculación y se solicitó la duplicidad del término constitucional para el efecto de resolverse sobre la situación jurídica del imputado, fijándose para el próximo día 29 la audiencia de vinculación a proceso, a partir de las 11:30 horas.

El Juez Mugarte Guerrero le impuso como medida cautelar al presunto homicida la prisión preventiva oficiosa.

Por cierto, en la audiencia Braulio se presentó con una mano vendada, al parecer por las lesiones que sufrió el día de los hechos.

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