La Hacienda Sotuta de Peón, firme ante la crisis sanitaria

“Hoy, la familia propietaria de la hacienda, apoyada por una decena de amigos y colaboradores, se ocupa del cuidado del huerto, los animales y jardines, así como del mantenimiento de las instalaciones durante esta Fase 3 de la contingencia, en espera de reanudar las actividades turísticas”, apunta Lubcke Argáez.

El empresario destaca que gracias a la producción del huerto, la granja y el henequén, así como del préstamo bancario, la Hacienda Sotuta de Peón puede aguantar la contingencia, ante el desplome que sufrió la actividad turística.

“La producción henequenera se ha podido mantener debido a que los compradores siguen pidiendo fibra, hilos y jarcias. También nos ayuda la producción de vegetales, frutas y hortalizas y adquirimos aves de granja para la producción de huevo y carne”, detalla.

“Esta producción nos permite repartir alimentos entre los colaboradores y en la medida de lo posible, para la venta al público”, asegura.

“Nuestro ferviente deseo es, primeramente, atravesar la contingencia sin contagios en esta fase más crítica y, en su momento, a medida que las condiciones lo vayan permitiendo retomar la operación turística. 

“Tenemos muy claro que una empresa es lo que es gracias a su gente y nosotros anhelamos poder reabrir nuestras puertas, volver a tener el dinamismo, la energía y actividad que justo se estaba consolidando a inicios de este año y que distinguían a Sotuta de Peón Hacienda Viva, como un proyecto único, noble y de responsabilidad social”, subraya Wílliam Lubcke, un tenaz empresario yucateco, como muchos otros que buscan alternativas para sobrellevar la crisis por el Covid-19.

MÉRIDA, 11 de mayo de 2020.- Con 20 años de trabajo y una serie de reconocimientos en el sector turístico, la Hacienda Sotuta de Peón vislumbraba un importante despegue en este 2020. Sin embargo, igual que muchas otras empresas yucatecas, la llegada del coronavirus la obligó a tomar medidas para subsistir ante la contingencia sanitaria.

La Hacienda comenzó a sentir los efectos de la crisis desde mediados de febrero, cuando surgieron las primeras cancelaciones de hospedaje, luego vinieron las de los tours y circuitos, hasta llegar a un alto total de la actividad turística.

“Eso nos orilló a aplicar medidas de reducción operativa, buscando funcionar con el mínimo personal necesario. La crisis derivó en la partida voluntaria de un segmento importante de empleados, algunos optaron por buscar otras alternativas de empleo y unos más decidieron recurrir a sus escasos ahorros, en tanto llegaban los apoyos del gobierno”, explica Wílliam Lubcke Argáez, director general de la empresa.

“Un grupo reducido de colaboradores decidió quedarse y adaptarse a las medidas operativas y de austeridad. Como empresa, decidimos que todos los ingresos de la actividad henequenera que tiene la Hacienda se repartieran de manera equitativa entre los empleados, en espera de los apoyos gubernamentales que se habían anunciado”, agrega.

“Ahora, gracias al préstamo bancario con bajos intereses y facilidades de pago que obtuvimos y que nos ayudó a gestionar el gobierno del Estado, encabezado por Mauricio Vila Dosal, contamos ya con los fondos necesarios para apoyar económicamente a nuestro personal durante dos meses”, afirma el empresario, al relatar su experiencia frente al impacto económicos que ha generado el Covid-19.

“Hoy, la familia propietaria de la hacienda, apoyada por una decena de amigos y colaboradores, se ocupa del cuidado del huerto, los animales y jardines, así como del mantenimiento de las instalaciones durante esta Fase 3 de la contingencia, en espera de reanudar las actividades turísticas”, apunta Lubcke Argáez.

El empresario destaca que gracias a la producción del huerto, la granja y el henequén, así como del préstamo bancario, la Hacienda Sotuta de Peón puede aguantar la contingencia, ante el desplome que sufrió la actividad turística.

“La producción henequenera se ha podido mantener debido a que los compradores siguen pidiendo fibra, hilos y jarcias. También nos ayuda la producción de vegetales, frutas y hortalizas y adquirimos aves de granja para la producción de huevo y carne”, detalla.

“Esta producción nos permite repartir alimentos entre los colaboradores y en la medida de lo posible, para la venta al público”, asegura.

“Nuestro ferviente deseo es, primeramente, atravesar la contingencia sin contagios en esta fase más crítica y, en su momento, a medida que las condiciones lo vayan permitiendo retomar la operación turística. 

“Tenemos muy claro que una empresa es lo que es gracias a su gente y nosotros anhelamos poder reabrir nuestras puertas, volver a tener el dinamismo, la energía y actividad que justo se estaba consolidando a inicios de este año y que distinguían a Sotuta de Peón Hacienda Viva, como un proyecto único, noble y de responsabilidad social”, subraya Wílliam Lubcke, un tenaz empresario yucateco, como muchos otros que buscan alternativas para sobrellevar la crisis por el Covid-19.

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