Invierte en una casita, le dijeron… ahora no duerme paz

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Le sobran los dedos de una mano a Luis Ramírez Carillo para enumerar las sensaciones que vive hoy día, inmerso en una pesadilla sin siquiera conciliar el sueño. Porque desde hace poquito más de un mes, su casa ya no es su casa, alguien le robó la identidad y se convirtió en víctima de un fraude en el que, lamentablemente, no está solo. Son muchos los que padecen lo que le ocurre a Luis.

Desde hace poco más de un mes, el reconocido antropólogo, sociólogo e investigador de la Uady se enteró de que la casa que compró hace 10 años en el fraccionamiento Las Américas como fuente de inversión y ahorro ya no es suya. O mejor dicho: él mismo la vendió “sin enterarse” y a partir de ese momento puso el grito en el cielo de Yucatán sobre la presencia de una banda delincuente en la que intervienen notarios yucatecos y de otras partes del país, una funcionaria de Bancomer, un político príista y un comprador de Michoacán.

Luis es un académico, habla pausado, tranquilo y engancha al interlocutor con su comunicación. Por eso, cuando Yucatán Ahora le preguntó qué sintió cuando se enteró que se apropiaron de su casa y, peor aún, que alguien había suplantado su identidad, enumeró una a una las sensaciones en forma cronológica:

“La primera sensación fue de incredulidad, no puedes creer que esto te esté pasando porque asumes –como buen yucateco- que si le debes al banco o al Infonavit, nadie puede comprar o vender tu casa, pero resulta que no”, detalla y continúa.

“La segunda sensación es de zozobra, porque nunca he sabido en qué sociedad vivo. Yo pensaba que estos procedimientos legales eran seguros pero en 23 días alguien se apodera de tu casa y todo el sistema pueden funcionar perfectamente bien en detrimento tuyo”, relata.

El tercer sentimiento de Luis es el de impotencia.
“Descubres que, ante esta situación, tienes que hacer interminables trámites en el Registro Público y ante la justicia para revertir todos estos procedimientos”, agrega.

Y como colofón y en el mismo tono ecuánime de voz, Luis remarca: “Y además sientes un profundo encabronamiento y tomas la decisión de que se chinguen porque voy a seguir por meses para que procesen a todos los involucrados aunque me quede sin casa, ninguno de los involucrados se va a librar…”, profesa.

Para empatizar con Luis sobre lo que le sucedió porque nadie está exento de una situación así (y menos ahora con los casos que surgieron y de los que Luis nos da clara cuenta), le pedimos que nos cuente cronológicamente cómo sucedieron los hechos.

¿Qué compraste y cuándo?

Compré una casa en Las Américas hace 10 años con un aguinaldo. Es una casa pequeña de interés social. Considerando las devaluaciones del país, toda la clase media piensa en comprar una segunda vivienda como inversión. Con poco dinero de enganche la compré y gracias a un crédito hipotecario a 15 años. No tengo ahorros y esa casa era mi ahorro. El valor era de 800 mil pesos.

¿Viviste en ella?

No, la he rentado eventualmente, en diferentes épocas y a distintas personas y nunca tuve problemas.

¿Entonces qué pasó?

El año pasado ya no había inquilinos y la casa quedó deshabitada unos meses. Iba a ir a pintarla en diciembre y lo fui demorando por una razón u otro. No se debe ver la casa abandonada o sola. Así que en febrero me decidí a ir a verla para comenzar los arreglos.

¿Qué descubriste?

El descubrimiento del fraude fue accidental. Yo tenía que sacar una firma electrónica en Hacienda para un trámite como investigador. Cuando fui me dijeron que mi RFC tenía algunas diferencias y que además había cambiado mi domicilio a Las Américas. Cuando les dije que yo no había cambiado nada, en Hacienda me informaron que el 27 de diciembre pasado alguien vino y cambió mi dirección fiscal. Pensé que el RFC no era mío porque tenía tres errores, pero ellos me dijeron que eso podía pasar. Esto ocurrió el 20 de febrero y como me dijeron que figuraba el domicilio de Las Américas, fui a ver la casa.

¿Y qué pasó?

No la encontré.

¿Cómo es eso?

Fui y la casa no estaba y pensé ¿Alguien se puede llevar una casa? Di dos vueltas por la calle y vi una casita pintada con rejas, puertas y protectores nuevos y dije: ¡Oh my God! Esa es mi casa”.

¿Tocaste la puerta?

Iba a tocar pero mi ángel desconfiado me dijo: “Viniste solo ¿Y si te abren y te meten en la casa? Nadie se va a enterar que estuviste aquí.

¿Entonces?

Me fui inmediatamente a ver a mi abogado, quien checó en el Registro Público de la Propiedad donde figuraba que la casa fue vendida y comprada. Vendida por mí, alguien suplantó mi identidad para hacer esa operación.

¿Qué averiguaron cuando saltó todo?

La cronología comienza el 26 de diciembre pasado cuando Jorge Alberto Moo Calán (candidato del PRI a la alcadía de Opichén), presentó en el Registro Público de la Propiedad la supuesta cancelación de la hipoteca para que el predio quedara libre para su venta. Este señor cuenta con un código de acceso que lo autoriza a hacer estos movimientos. Presentó una escritura de compra-venta falsificada, una libración de hipoteca, todo validado ante un notario público de Toluca y una funcionara de Bancomer. Ambas personas existen.

¿Qué hizo el banco con el que tenías la hipoteca?

Le liquidaron a Bancomer los 200 mil pesos de deuda que quedaban por los cinco años (yo nunca dejé de para ni un mes) y se presentó ante el Registro Público de la Propiedad para liberar el gravamen de la casa. Todos los documentos son falsos, muy bien hechos pero falsos.

¿Cómo, cuándo y a quién le vendieron la propiedad?

Luego de cambiar mi dirección fiscal en diciembre pasado, el 8 de enero el notario López Rosado deja expreso que Luis Alfonso Ramírez Carrillo (o sea yo) presentó documento de identidad –falso, claro- y le vende la casa a José Manuel Arredondo Dichi, de 22 años, al parecer oriundo de Michoacán. El 17 de enero dio un anuncio de compra-venta definitiva en el Registro Público de la Propiedad. Esto significa que informó que se presentó un señor, de apellido Ramírez, que le vendió la casa a un señor de apellido Arredondo, con todos los datos del inmueble. Así el predio se considera vendido, puso sus firmas y sellos y se inició el cambio de propietario. Un mes y días después, cuando me enteré de toda la situación, inicié demandas civil y penal ante el Ministerio Público.

¿Cómo quedó la situación de la casa?

Para mi suerte y sobre todo por los tiempos que toman estos procesos, me di cuenta muy pronto y se pudo parar a tiempo la operación. La casa es mía porque no se completó el procedimiento, aunque hay un comprador. Sigo debiéndole al banco y pago mes a mes la mensualidad del crédito.

¿Fuiste a la casa?

Fue un familiar mío y me dijo que la atendió un señor como de 70 años, fuereño, que dice ser el comprador Arredondo, aunque en la documentación de compra-venta figuraba como de 22 años. La casa está arreglada pero vacía. La están preparando para vender.

Eres un investigador ¿De qué te enteraste con todo lo que te está pasando?

Hay decenas de casos como el mío, todos tratados individualmente. Muchísimos son de Bancomer, hay predios de Infonavit, otros casos de otros bancos. Las autoridades esperan que aumenten porque ha empeorado esta situación mes tras mes desde hace dos años.

¿Cómo funciona esta red de fraude?

Es una red que está de acuerdo y coludida en lugares donde hay casas cerradas. Por ejemplo, en Las Américas hay 12 mil casas construidas y muchas están en renta, otras no. Un 10% están cerradas por meses o temporadas. Esta red checa las casas con dos o tres meses de abandono, averiguan nuestros datos porque están coludidos con personal del Ministerio Público y de los bancos, que tienen toda nuestra información.

Sin ir más lejos, el año pasado en Toluca y dentro del Infonavit, 180 casas fueron vendidas ilegalmente con el mismo procedimiento que me hicieron a mí. O sea que 180 personas se quedaron sin casa y todo saltó cuando una maestra fue a liquidar su casa de buena fe y le dijeron que ya no estaba a su nombre, que ella la había vendido… Lo que hacen es hacer toda la operación fraudulenta y después venderla a una persona que la compra de buena fe.

¿Cómo sigue el proceso?

Ya hice la demanda penal (que incluye fraude, suplantación de identidad y actos delictivos, entre otros) y ahora estoy con la demanda civil. El Ministerio Público es el que hace todas la averiguaciones. El proceso puede llevar años.

Si estos casos aumentaron desde hace dos años en Mérida y nos explicas que te enteraste de muchas personas que pasaron por tu misma situación, este es un tema de interés público.

Exacto. Estas bandas cuentan con información de Infonavit, bancos, Registro Público y Catastro. Y es de interés público porque en Mérida hay un 20% de predios cerrados, alrededor de 12 mil casas en el centro y 40 mil en nuevos fraccionamientos. En la playa hay 15 mil casas cerradas. Aquí lo interesante es jalar un hilo que se convierte en una red de delincuencia organizada que se dedica a apoderarse de propiedades con total impunidad.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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