Inmunidad innata disminuiría mortalidad por dengue: Cinvestav

En México, el estudio de los mecanismos de inmunidad innata permitiría la detección oportuna de dengue, y por ende, disminuir el riesgo de mortalidad de esta enfermedad propagada por dos especies de mosquitos, destacó la especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Leticia Cedillo Barrón.

Afortunadamente, en el país hay una disminución de cerca del 90 por ciento de la incidencia de esta mortal enfermedad, mientras que en el Península de Yucatán, se lleva más de tres meses sin caso alguno.

La infección por el virus del dengue es transmitida mediante mosquitos hembra Aedes aegypti y/o Aedes albopictus a través de picaduras en la piel, allí muchas células dérmicas y epidérmicas son potencialmente susceptibles a infecciones.

“Este virus provoca un amplio espectro de formas clínicas, que van desde una enfermedad asintomática hasta síntomas graves que pueden conducir incluso a la muerte, cuando no se trata debidamente”, acotó.

Señaló que existen cuatro serotipos de dengue, el más común asociado con casos graves es el virus DEN-2.

“Si algún individuo sufre una primera infección con la variante uno, estará protegido de por vida contra esta, pero si sufre un segundo contagio con serotipo heterólogo (DEN-2, 3 o 4) este podría condicionar a una forma severa de la enfermedad, la cual es multifactorial, pues depende del serotipo que infecte, del aislado y del estado inmunológico del paciente”, subrayó la entrevistada.

Ante este panorama, mencionó que desde hace varios años, un grupo de investigación del Departamento de Biomedicina Molecular del Cinvestav, estudia la relación parásito-huésped con énfasis en la inmunidad innata y las distintas células de la piel, para comprender su contribución en el control o la promoción del dengue.

“Cuando nosotros comenzamos a trabajar con la piel, aunque estaba perfectamente establecida su importancia en la inmunidad, se conocía poco de la importancia que esta tenía en las infecciones transmitidas por vectores”, comentó.

Cedillo Barrón comentó que el dengue y otros arbovirus (virus transmitidos por artrópodos), ingresan al huésped a través de la picadura del mosquito.

Remarcó que es a partir de este momento cuando el organismo reacciona y cuando los síntomas (dolor de cabeza y articulaciones, náuseas, sarpullido y fiebre) comienzan a presentarse, lo que significa que el virus ya atravesó la piel y se enfrentó con la inmunidad innata, derrotándola para convertir la infección en sistémica.

La investigadora del Cinvestav expresó que al realizar estos estudios, “se observó que los arbovirus, primeramente infectaban a las células dendríticas, las responsables de la iniciación de las respuestas inmunitarias adaptativas.

De manera inmediata también afecta otras células de la piel, como son los fibroblastos, que forman parte del tejido conjuntivo y son muy permisivos a la infección por el virus del dengue.

El objetivo fue tratar de entender la interacción que hay entre los fibroblastos dérmicos y las células dendríticas durante la infección por el virus del dengue para comprender cómo estos tipos de células modifican el microambiente de la piel y cómo funcionan durante la infección temprana por dengue, abundó la especialista.

En un artículo publicado en la revista Frontiers in Immunology, el grupo del Departamento de Biomedicina Molecular explica el proceso que se llevó a cabo para entender el papel que juegan los fibroblastos en las primeras etapas de la infección.

“En esta investigación se pretendía demostrar mediante el estudio de cultivos primarios obtenidos de biopsias de la piel, cuál es la contribución de estas células que están en la dermis, durante la infección por el virus” señaló la estudiosa.

De esa manera, el grupo de investigación pudo identificar, dependiendo del donante de las biopsias, si el organismo se va a comportar de manera diferente ante la infección.

Por lo tanto, las formas graves que pueden conducir a la muerte del individuo, como el dengue hemorrágico o síndrome por shock, podrían ser influidas desde un inicio por las características propias del sistema inmune de cada donante.

Añadió que a partir de estos resultados se espera profundizar en los componentes virales que pudieran participar en la definición de las diferentes formas clínicas presentadas en un individuo, pues se ha encontrado que no todas las formas graves de la enfermedad están asociadas con infecciones secundarias por serotipos heterólogos, es decir hay otros factores que participan en el microambiente.

Estos datos brindan información sobre cómo dos tipos de células de la piel se comunican entre sí para iniciar una respuesta antiviral en un tipo de célula y promover la activación en otro para el posterior reclutamiento de células en el sitio de infección.

Señaló que el virus del dengue se encuentra de manera permanente en todas las áreas tropicales y subtropicales de México y de muchas partes del mundo

“Es un virus tan común y grave, que incluso hay grandes pérdidas económicas por la frecuencia del número de infectados que se dan cada año”, sentenció.

Finalmente, en lo que va del año, en el país ya se registraron 280 casos confirmados de dengue, con una disminución del 87.8 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, cuando la suma fue de dos mil 304 infectados.

La patología está presente en 19 entidades federativas, y ya detectó una defunción, específicamente en Colima.

Por ende, la enfermedad está ausente en 13 estados, tal el caso de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, cuyo caso más reciente ocurrió en la penúltima semana epidemiológica de 2020.

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