Industria, agroalimentos y turismo, el futuro

Por: Juan Manuel Ponce Díaz

Históricamente, Yucatán ha tenido una economía basada en el comercio y servicios, posicionándose como la capital de la península y del sureste en esos ámbitos. Sin embargo, en la última década, la industria ha crecido a buen ritmo siendo gran impulsora de empleos y cadenas productivas que han permitido un desarrollo más incluyente.

Con este desarrollo ha venido el impulso de la actividad inmobiliaria, y particularmente de la vivienda. Desde mi visión, Yucatán tiene un futuro prominente en el área industrial, agroalimentaria y de turismo.

La clave para que la parte industrial se siga desarrollando está en la buena relación del gobierno local con la iniciativa privada en temas de fomento a la actividad, apoyada con una gran seguridad jurídica que Yucatán proporciona. La gran diferencia entre nuestro estado y el resto del país es la crisis de confianza empresa-gobierno.

Nuestras autoridades han promovido la inversión extranjera, así como la nacional, generando las condiciones para que se instalen grandes empresas y con ellas empleos mejor remunerados.

Desde que tuve la oportunidad de ser presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), he propuesto modificar y activar la Ley de Inversión Directa para fortalecer la planeación estratégica de largo plazo, identificando juntos —gobierno y empresa—, desde ahora, la infraestructura que Yucatán necesita para seguir creciendo. Con esto y de forma consensuada, hacer un plan a 20 años para que la estrategia del ejecutivo estatal trascienda a futuro, independientemente de la intención o no de futuros gobiernos.

Los grandes proyectos de infraestructura llevan mucho tiempo en realizarse, y un ejemplo de esto es la ampliación del Puerto de Altura que se puso en la agenda hace cinco años y ahora es posible. Así se pueden generar los incentivos necesarios para que se inviertan recursos en rubros estratégicos de largo plazo, no solamente en nuestra capital Mérida, sino en el interior del estado.

Oportunidades a la vista

Definitivamente, el sector turístico está generando oportunidades muy importantes y a bajo costo. Con la pandemia, la gente quiere visitar lugares menos congestionados y accesibles, de aventura, playa, cenotes, sitios arqueológicos con actividades vinculadas a la cultura maya.

Tenemos claro que necesitamos diversificarnos, buscando que la gente se vaya a visitar lugares del interior del estado y quedarse más tiempo. Tradicionalmente, se iban a Valladolid, Progreso, Izamal, pero ahora se busca que vayan a las pequeñas comunidades y que tengan la experiencia de los cenotes y aventura, por lo que necesitamos crear más producto para que puedan visitar estos lugares y convertirlos en destinos.

También consideramos que el sector agroalimentario representa una magnífica inversión, al ser el único que, con crecimiento sostenible en el país durante los últimos años, se ha convertido en el principal socio comercial con Estados Unidos. Yucatán tiene una ubicación estratégica, no solamente a través del Puerto de Altura de Progreso, también con Quintana Roo para vender la mayor parte de productos que éste consume, además de otras actividades que le brindamos a la península, como el área de servicios, educación, salud y construcción.

De igual manera, Yucatán continuará creciendo en bienes raíces, porque gran parte de las ventas de los desarrollos inmobiliarios son a personas de fuera del estado, que se sienten atraídos por nuestra seguridad, desarrollo económico, certeza jurídica en las inversiones, cultura y la calidad de vida que genera el preciado tejido social de nuestra gente, lo más importante a cuidar. Invertir en el sector inmobiliario en Yucatán es una inversión muy segura, rentable, y continuará así por muchos años más.

Desarrollo Tamara en Mérida

El mercado está creciendo soportado por la buena calidad de desarrolladores Yucatecos, pero también por los logros estatales en temas de Seguridad Jurídica y un buen Estado de Derecho.

Sin embargo, debemos crear planes y leyes que garanticen la conectividad entre los diferentes proyectos, porque si no se planea, desde ahora acabaremos con cuellos de botella en la movilidad urbana de toda la Zona Metropolitana de Mérida.

Considero que las manufacturas y las TIC’s deben seguir siendo la punta de lanza del crecimiento, tan solo veamos el desarrollo que se ha tenido en el norte fronterizo con Estados Unidos. Debemos lograr que se nos vea como la frontera este de EE.UU., dado que hemos mejorado en conectividad marítima y con un costo más razonable.

Todo lo que hagamos en la parte industrial, incluyendo las Tecnologías de Información, creará empleos mejor remunerados e impactará positivamente en el ámbito comercial y de servicios.

Debido a la imposibilidad de que el estado lo haga todo, necesitamos que el ejecutivo federal regrese a invertir en el campo, además de ciencia y tecnología, donde los yucatecos han demostrado tener todas las características para desarrollar su potencial.

Retos

Dos grandes retos que se presentan son el tema energético y la reactivación del campo.

Por una parte, se requiere voluntad política para solucionar de fondo el tema de falta de gas natural, porque además de ser esencial para el desarrollo industrial y generar ahorro a la población en el servicio doméstico, juega un papel importante en el costo de generación que es parte de la fórmula para que se establezcan los precios de lo que cobra la CFE.

Asimismo, las Energías Limpias en el estado desarrollan un factor decisivo, y ya tenemos inversiones fotovoltaicas y eólicas que hacen que un buen porcentaje del consumo total deje de provenir de la absurda quema de hidrocarburos. Lamentablemente, la política federal actual no favorece las Energías Renovables; confiamos en que pronto se solucione este tema.

Energías limpias

Por lo que respecta al campo, ha sido el reto durante muchos gobiernos, ya que nuestra tierra no se da de manera tan natural ni fértil, pero tenemos mucho sol, suficiente agua, gente y seguridad, por ello, tenemos que seleccionar muy bien el tipo de cultivos o actividad a desarrollar. Un perfecto ejemplo es la industria del henequén que viene de regreso, gracias a que el mercado está demandando cada vez más el uso de fibras naturales y subproductos amables con el medio ambiente.

Somos potencia en la producción de miel, en la avicultura y porcicultura, pero hay oportunidades de especializar a los pequeños productores con invernaderos y cultivos de nicho. Nuestra meta, en el mediano plazo, tiene que ser dejar de ser generadores de materia prima y darle valor agregado al campo y a los productos del mar.

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