Glorificar el rap con alcohol y drogas no es hacer hip hop: Ximbo

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Si en tu inconsciente colectivo tienes la imagen de una rapera toda tatuada, con gorrita y pantalones bajos, tenis despampanantes y playera gigante, te equivocas. Ximbo lleva puesta una blusa blanca con encaje que le deja un hombro al descubierto de donde salen tatuajes. En el brazo derecho aparece el nombre de “Julia”, su hija de siete años. Lleva el pelo peinado con trenzas y el cabello le cae sobre los hombros. Y no tiene casi maquillaje. Hoy sus manos están desnudas, porque es normal verla con dibujos de henna que ella misma se hace en el arte del mehandi.

Ximbo es una mujer pionera del rap mexicano. Cuando era adolescente y por su forma de vestir, la apodaron “Jimbo” (como el chico terrible de la escuela de Springfield de Los Simpson). A ella no les gustaba, hasta que descubrió que si cambiaba una letra –la J por la X- “Ximbo” significaba en otomí: Flor de maguey. Y así se llama. Y hoy se presenta por primera vez en Mérida, en el Multiculturap Fest que organiza el colectivo de hip hop Merideath, a las 5 pm, en La Guajira Bar. Yucatán Ahora platicó con ella para que nos comparta su visión del rap en estos tiempos.

Hoy no tienes las manos pintadas con henna ¿Eres hinduista?

Soy Are Krishna y mezclo mucho eso con mi forma de vida diaria. Mi bisabuela era hinduista también. Comencé en esta filosofía de vida hace diez años.

¿Cómo incide eso en tu música?

De manera muy natural porque es parte de lo que soy yo. No hablo literalmente de eso, pero permea porque es una filosófica que estudio todos los días. Tratamos siempre de dar mensajes buenos, el rap es una música de tantas palabras… Y más vale usarlas bien.

¿Cómo es eso de que estudiaste la licenciatura en Letras para escribir y cantar rap?

Cuando tuve que elegir una carrera universitaria yo ya rapeaba hacía tiempo y estaba metidísima, era muy apasionante para mí estar ahí, escribir graffittis, bailar, cantar… Era un espacio de total libertad y yo quería hacer eso toda mi vida. Y como no existía la carrera de rap en la UNAM (se ríe), escogí Letras porque era lo que más se parecía y me serviría para escribir.

Empezaste hace más de 20 años ¿Cómo cambió la escena del rap hasta estos tiempos?

Es otra, totalmente. Desde lo positivo veo que hay un enorme posicionamiento femenino que antes no existía, aunque no aplaudo cualquier cosa que hace una mujer. Sin embargo creo que estamos en un momento en el que hay mucho valor. También y como todo movimiento contestatario que busca un cambio, los capitalistas, las grandes marcas y televisoras y hasta los gobiernos se apoderan de esta herramienta y raptan al hip hop. Lo puedes ver en una marca de bebidas, de tenis, en partidos políticos. Y lo peor es la violencia, que me parece tremenda y me refiero a las batallas de freestyle, que ya no son un momento lúdico y agradable y se dedican a insultar de manera muy fea. Me parece triste que se desperdicie una posibilidad lúdica que podría ser chida en agresión y violencia y que eso se convierta en la bandera del hip hop.

¿Qué debería prevalecer?

La creación que busca permanecer y cuesta más. Es la cultura rápida en la que vivimos ahora, diría “decadente”, que te dice “Vamos a acabarnos la vida en dos días y no importa nada”. Glorificar eso con drogas y alcohol no es hacer hip hop.

¿Qué es para ti el hip hop?

Es una herramienta social abierta para que todo el mundo diga lo que quiera. El hip hop te da la libertad de hacerlo, pero cuando impera el hip hop que busca que todo el mundo esté jodido, eso no sirve. Es cierto que hay que sensibilizar y es una forma de hacerlo, pero no glorificando lo que está mal. El hip hop debe ser unión y respeto, esa es su esencia y así se concibió: Un mundo donde quepan todos los mundos, libres, unidos, igualitarios y respetuosos. Esa es la esencia y falta que se haga efectivo.

¿Qué estereotipo de rapero te molesta?

Yo me abandero como hip hop Straight Edge, que es un movimiento de personas que deciden tener una vida sobria, libre de intoxicación e incluso vegana. Esa es mi onda. Y me molesta que piensen que es un requisito estar intoxicado, no puedes decir que para ser rapero tienes que fumar marihuana y menos que le des ese mensaje a los chavitos. Ese estereotipo me re choca y además coincide con el rapero macho y agresivo.

¿Y qué opinas sobre los estereotipos femeninos del rap de la actualidad?

Me re patea la rapera que muestra las nalgas porque se cosifica y normalmente esa mujer no rapea, sino que está al lado de un rapero. También estoy un poco peleada con la nueva onda del feminismo. He visto muchas hembristas, agresiones innecesarias y muchas te ponen etiquetas. No estoy de acuerdo con eso pero respeto sus decisiones. Creo que vivimos tiempos distintos y quizás que si tuviera la edad de ellas estaría metida en esa lucha, pero ahora tengo otra perspectiva de vida. Sí me parece necesario que se informen, que hagan un análisis profundo y no se queden con la información por encima porque hay muchas cosas que hacen ruido.

¿Cómo comparas el rap que te tocó vivir en tus inicios con el que viven ellas?

Cuando empecé me costó muchísimo y a ellas no les tocó vivir el machismo rapero como a mí. Me pasó que me aventaran una cerveza encima, arriba del escenario, con muchos hombres. También me pedían que cante los coros cuando ya estaban divididas las canciones para cantar en partes iguales. Pero eran otros tiempos y éramos cuatro raperas en todo el país. Ellas llegaron en un momento en que todo lo tienen bastante fácil.

¿Se puede vivir del rap?

Sí, se puede. Vivo dignamente, no me sobra y a veces hasta me falta, pero soy muy feliz y muy libre. Mantengo una pequeña familia de tres y se me hace un acto contestatario maravilloso de libertad porque no soy esclava de nadie y hago lo que me gusta. También tengo amigos raperos que viven muy bien, con lujos.

¿Qué se viene para Ximbo?

Mi último disco Ohkela (que trajo a Mérida) es el que promociono ahora. Es un disco más adulto, no es tanto rap de “grita y brinca” y los temas tienen un mensaje siempre social con un trasfondo filosófico escondidito. También preparo con mi grupo Magisterio un nuevo disco. Este año planeamos sacar dos sencillos. Y también trabajo en material para mi disco solista.

Ping-pong de cinco con Ximbo

  • Política: náusea
  • Maternidad: amor
  • Amigos: pocos
  • Legalización: más educación
  • Redes sociales: delicioso veneno.- CGO.

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