Exceso de plástico en playas de Yucatán contamina peces y mariscos comestibles

El exceso de plástico que prevalecen en las playas yucatecas contamina los alimentos que a diario consume la población y el turismo, específicamente los pecados y mariscos, reveló el especialista de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Mario Humberto López Araiza Valencia, al establecer que la mayor problemática se refleja en Progreso. 

Indicó que la contaminación plástica es consecuencia de la afluencia turística, de ahí la importancia de establecer medidas más efectivas para disminuir el grave problema que prevalece. 

Los microplásticos son consumidos por los organismos que viven en la arena y lecho marino, los cuales, al formar parte de la cadena trófica son ingeridos por otras especies marinas, y finalmente los comestibles son aprovechados por las personas. 

Los aproximadamente dos mil kilómetros de litorales con los que cuenta la Península de Yucatán), reciben cada año a más de 3.2 millones de visitantes, lo que convierte a esta región en el mayor destino turístico de México. 

“Si bien esto ha representado un importante desarrollo económico para la región, también se han reportado alteraciones ecológicas. Una de las que más llama la atención es la contaminación plástica que afecta tanto a las playas como al ambiente marino, con graves repercusiones al ecosistema”, acotó. 

En particular, los plásticos son persistentes y móviles, lo que facilita su integración a las cadenas alimentarias de un ecosistema, con impactos ambientales que se manifiestan a diferentes niveles, tanto en la flora, fauna marina, arrecifes de coral, como en las actividades de pesca comercial y turismo. 

Comentó que las playas ofrecen muchas oportunidades de recreación para millones de personas; sin embargo, sus diversos usos como depósitos de aguas residuales, la ocupación de localidades, turismo, pesca y demás actividades que generan residuos, las ubica como vías de entrada, disposición y transferencia de plásticos al ambiente. 

En este contexto, el especialista del Departamento de Ecología Humana del Cinvestav – Mérida realizó un estudio conformado por 12 muestreos de plásticos, uno por mes, en tres playas de Yucatán con diferente intensidad de uso. 

El objetivo fue el observar y comprender la tendencia de disposición de los residuos, labor efectuada con la asesoría de Almira Hoogesteijn Reul del Laboratorio de Salud Ambiental. 

La investigación se realizó de marzo de 2019 a febrero del 2020, pues lo que se pretendía era abarcar diferentes épocas del año tanto las más concurridas por los turistas, como las de poca demanda, registrando eventos festivos, como los carnavales, y naturales, tal es el caso de los “nortes” y frentes fríos. 

De acuerdo con López Araiza Valencia, las playas seleccionadas fueron primeramente Progreso, con uso masivo por ser la localidad con más habitantes, con mayor, contribución a la pesca en el estado de Yucatán, infraestructura turística y arribo de cruceros. 

Asimismo, Sisal, una playa de segunda residencia, donde los originarios tiene casas que solo ocupan en temporada alta, es decir, en Semana Santa y verano, y por consecuencia genera menor cantidad de desechos. 

El tercer punto de referencia fue Celestún, una playa dentro de la región de la reserva de la Biosfera Ría Celestún, dedicada al ecoturismo, que por su ubicación tiene menor acceso y poca actividad pesquera. 

Los resultaros arrojaron que la playa donde se recogieron más residuos plásticos fue Progreso, con un total de dos mil 908 piezas, seguida de Sisal con mil 889 piezas y Celestún con mil 390 piezas, demostrando que la cantidad de plásticos encontrados está directamente relacionada con la cantidad de residuos que genera cada localidad. 

También, se encontró relación entre los meses de mayor afluencia de turistas y los plásticos recolectados, de los que destacaron polipropileno y polietileno de alta densidad, con usos más frecuentes en botellas, taparroscas, vasos, popotes, envolturas y bolsas. 

De igual forma, entre los desechos afines con las artes de pesca y de navegación, se encontraron cuerdas, redes y costales. Otro porcentaje se debió a desechos de fumadores como lo son colillas de cigarro y encendedores. 

“Estos datos son útiles porque de esta manera se sabe que los plásticos están biodisponibles y podrían encontrarse en organismos, como especies marinas o bien al transformarse en microplásticos (partículas de 100 micras hasta 5 milímetros) estar en la comida que consumimos”, explicó. 

Lo anterior porque la principal entrada de los microplásticos en la cadena alimentaria es a través de los organismos de zooplancton que confunden los microplásticos con su alimento. 

Expresó que el zooplancton forma parte de la dieta de la mayoría de las especies marinas, aumentando el riesgo de que los contaminantes marinos lleguen hasta el ser humano. 

Adicionalmente, se realizó una encuesta para saber si los visitantes de las playas percibían la contaminación plástica como un problema, y de entre 384 personas (128 por playa), el 64.8 por ciento afirmó ser los principales generadores de contaminación plástica en la playa. 

Sin embargo, propusieron medidas de control del problema como mejorar la educación ambiental y depositar los residuos en contenedores. 

Finalmente añadió que éste estudio sirve como antecedente para focalizar los esfuerzos de educación ambiental e informar a profundidad a los visitantes sobre la problemática, crear estrategias de intervención durante eventos masivos, elaborar planes de manejo específico de residuos en los sectores clave y analizar si hay recursos que no están siendo aprovechados, con el fin de sugerir otro uso. 

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