Era fotógrafo de sociales y, como buen millenial, le gustaba viajar

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Como buen millenial, a Luis González Contreras le gustaba viajar, y su trabajo como fotógrafo le permitía hacerlo con regularidad.

Igual que muchos jóvenes de su edad, vivía independizado y compartía departamento con un amigo, quien escuchó decir que Luis, conocido como “El Diablo”, iría a tomar unas fotos a Isla Mujeres o Cozumel.

Sin embargo, cuando salió no llevó ni su vehículo ni su celular, que eran sus principales herramientas de trabajo.

La última vez que lo vieron fue el martes 19 de diciembre y desde entonces no se supo más de él, solo especulaciones, como que antes de Navidad lo vieron en Río Lagartos, “muy quitado de la pena”.

Luis era parte del equipo de Angulo 90, una empresa dedicada a la producción audiovisual y de fotografía.

Era común verlo en eventos de sociales, principalmente bodas, aunque también se dedicaba a la fotografía artística.

Era conocido entre la comunidad de fotógrafos meridanos, quienes hoy lamentan su ausencia.

Durante su búsqueda, familiares y amigos inundaron las redes sociales con mensajes escritos y en video pidiendo ayuda para su localización.

La aparición de un cuerpo desmembrado y quemado en un basurero de Chelem hizo temer lo peor. La edad de la víctima correspondía a la de Luis, pero el cadáver tenía la cara desfigurada por el fuego con el que se pretendió ocultar el crimen. Igual el cuerpo estaba desmembrado, es decir, tenía los brazos y piernas arrancados.

Las autoridades informaron que la víctima murió en otro lugar, a causa de un golpe en la cabeza, y luego mutilaron el cuerpo y le prendieron fuego, para posteriormente arrojar los restos en el basurero de Chelem.

Para la mañana de este viernes, los familiares ya sabían que era él, y solo estaban esperando que las autoridades lo confirmaran oficialmente.

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