Elabora hamacas para costear el tratamiento de su hijo con cáncer

*Además de los escasos recursos, doña Socorro Borges ha tenido que enfrentar la enfermedad de su hijo Adán, quien se encuentra en tratamiento oncológico

Como una manera de conseguir ingresos para continuar con los tratamientos de su hijo con cáncer, toda una guerrera, que luce cansada, pero no se da por vencida, Socorro Borges, elabora hamacas para vender, mientras se encuentra hospedada en el albergue de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con este padecimiento (AMANC).

Entrevistada en la sede del organismo, Borges reveló que son originarios de Kancabdzonot, localidad de Yaxcabá, una familia de escasos recursos, que además de sus carencias, han tenido que enfrentar la enfermedad de Adán, actualmente con 18 años de edad.

“Me quedo a acompañar a mi muchacho, ya había comprado los hilos para fabricar en mi casa, pero cuando me dijeron los médicos que no nos podíamos ir, aquí (AMANC) me prestaron el bastidor para que yo trabajara, así me ayudo con el tratamiento de mi hijo”, dijo.

“AMANC es una gran ayuda para nosotros, porque antes no tenía ningún apoyo, mi hijo presentó el cáncer por primera vez cuando tenía seis años y nadie me tendía la mano, había noches que las pasábamos en el hospital (Agustín) O’Horán, otras en el Materno Infantil, yo buscaba que él descansara, yo no dormía”, agregó.

A esa edad, Adán fue atendido por primera ocasión y dejó atrás el padecimiento, permaneció bajo vigilancia, pero lamentablemente recayó a los 14 años. Y cuando de nuevo parecía haber ganado la batalla, en febrero pasado recibieron la pésima noticia.

“Con esto me ayudo mucho, puedo estar al pendiente de mi muchacho, estoy trabajando, pero voy a verlo a cada rato, lo vigilo y regreso a seguir”, expresó.

“Lo que estoy haciendo aquí, antes no lo podía hacer y eso me da más tranquilidad, porque tengo esta oportunidad, si no, no sé qué hubiera pasado con nosotros”, añadió entre lágrimas.

Cabe señalar que dependiendo el tamaño, el precio de las hamacas de doña Socorro alcanza los 800 pesos y puede fabricar un promedio de tres al mes.

“Yo estoy acá y cuando mi muchacho me pide algo para comer hay que irlo a comprar, pero no puedo adquirir cualquier cosa, si le damos algo que no puede comer le dan ganas de vomitar, es mucho para mí, hay que comprarle su comida y si no tengo, pues que le hacemos, no hay, me duele mucho en ese momento, pero cuando no sale el dinero, no sale”, declaró.

Borges dio a conocer que tiene otros cuatro hijos, tres varones y una niña, con los cuales ni siquiera puede comunicarse a Kancabdzonot, porque no cuenta con los medios.

“No sé nada de mi familia, no tengo celular, porque de dónde, no hay para un teléfono, todo lo que sale es para el tratamiento de mi hijo, ahorita no puedo pensar en un celular”, manifestó.

A los interesados en ayudar a doña Socorro, de manera económica, con alimentos o adquirir una hamaca, incluso hasta un teléfono que ya no utilicen, se le puede encontrar en las instalaciones de AMANC, en la calle 68, entre 65 y 67, en el centro de la ciudad.

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