El lado femenino de Yucatán se apresta a tomar el poder

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hoy los festejos priístas fueron distintos. Es probable que nunca en la historia del Partido Revolucionario Institucional hubiera tantas mujeres juntas arriba del estrado de la Casa del Pueblo, sede estatal del PRI. ¿El motivo? La ley de paridad de género, que las pone a estas mujeres al mismo nivel que los hombres en la vida política yucateca.

Pero ahí están ellas, 53 mujeres, algunas vestidas con hipiles, otras no. Todas maquilladas, peinadas y con el corazón latiendo a mil.

Vinieron a la Casa del Pueblo a inscribirse como precandidatas a alcaldesas. Se las ve atentas, algunas calladas y observadoras, otras hablan hasta por los codos.

Casi todas nerviosas, con esa adrenalina natural que produce vivir una situación nueva o una competencia, pues algunas ya han ocupado el cargo o tiene amplia experiencia política.

Pero antes de entrar a la Casa del Pueblo, en la puerta, nos encontramos con otras mujeres que vinieron a apoyar a las del estrado. Las seguidoras llevan carteles, cantan, gritan y expresan con el corazón y las tripas lo que sienten.

Ese fue el caso de Norma, que vino desde Cacalchén con sus hijitas Brisari y Regina a apoyar a Abigail Pérez en su inscripción como precandidata a la alcaldía de su municipio. “Yo creo que Abby va a tener chance de ser alcaldesa. Le costó mucho llegar porque la política va más para el lado de los hombres. Pero ella es buena gente y esperemos que lo logre”, señala.

A Carmen Ordaz, precandidata al gobierno municipal de Progreso, la sigue un grupo ruidoso de mujeres que no paran de cantar y gritar, con cartelones en alto. Ellas son Lety, Isela, Manuela, Nora y Jaqueline y hablan todas al mismo tiempo, imposible ponerle texto a una sola voz.

“Carmita es inteligente y va a superar cualquier obstáculo que le aparezca. Siempre nos ha abierto las puertas a todos, sin distinción de partidos. Es una persona muy responsable y con ella vamos a ganar la presidencia municipal de Progreso”, explican entre todas.

Ellas por un lado, ellos por el otro

En el recinto están sentadas las 53 mujeres esperando la llegada de los hombres que hoy están en el poder o aspiran a estarlo. Lo anecdótico es que, a pesar de que sentaron todos los precandidatos juntos (hombres y mujeres), no se mezclaron. De frente al estrado, del lado izquierdo están las mujeres y del derecho los hombres.

Platicamos con María Inés Pacheco Poot, precandidata a la presidencia municipal de Mama. Está de pie en la primera fila del lugar asignado a las precandidatas. Atenta, observadora y callada, María Inés podría estar nerviosa aunque aparenta una tranquilidad total. Esta mujer de 53 años, con cuatro hijos, es ama de casa y cuenta que le costó mucho llegar a ser precandidata.

“Todo es muy difícil, siempre hay que luchar por lo que uno quiere, pero lo logré igual”, dice. También explica que espera que la apoyen para que luego ella pueda hacer lo mismo por su municipio. “Todos juntos podemos lograrlo”, remarca.

Hiselle del Castillo Canché es una de las precandidatas más jóvenes de las 53 mujeres. Vestida con un colorido hipil y con los labios pintados de fucsia, observa absolutamente todo y no pierde registro de nada. Tiene 30 años, es contadora pública, tiene una maestría en Dirección de Gobierno y se inscribió como precandidata a la presidencia municipal de Sotuta.

“Dedico mucho trabajo y esfuerzo en demostrarle a la gente que los jóvenes tenemos la capacidad y podemos ser referentes de factor de unidad para llevar un proyecto al éxito”, señala.

Como mujer, Hiselle opina que se enfrenta a grandes retos para demostrar que tiene las mismas o mejores capacidades que los hombres en la política. Platicadora y carismática ya posa ante las cámaras como una verdadera política.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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