El INAH hará peritaje en rancho donde rellenaron un cenote

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ante el posible daño a los vestigios arqueológicos que hay en el rancho “Asideros”, en Tizimín, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Yucatán inspeccionarán el lugar, informó el titular del ramo, Eduardo López Calzada.

Por lo pronto, la semana pasada, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró las obras ya que los propietarios rellenaron un cenote, alterando la biodiversidad de este cuerpo de agua.

El director del INAH –Yucatán anunció que el próximo jueves 26, sostendrán una reunión con los propietarios del rancho, para luego efectuar un peritaje en el lugar, para verificar el aparente daño causado a este sitio, el cual está contemplado en el Atlas Arqueológico del Estado.

Reconoció que el lugar está impactado, dada las diversas actividades hechas hace varios años, donde se han encontrado diversas estructuras así como cerámica prehispánica.

Pese a ello, se verificará las condiciones en las cuales se encuentra, peritaje que estará a cargo del especialista Alfredo Barrera Rubio, quien determinará si hay una reciente afectación.

Entrevistado en su oficina, abundó que “desde la década de los 80 del siglo pasado, en el rancho se cultiva soya, y mucho antes el lugar fue impactado, afectando los vestigios, pero aún así, se aplicó la Ley Federal de Monumentos Históricos para exceptuar de toda labor en las áreas donde hay vestigios precolombinos”.

Hasta el momento no hay denuncia alguna en torno a la posible afectación a los vestigios prehispánicos, ya sea por los vecinos, los pobladores o cualquier persona que se considera afectada, acotó.

Remarcó que “de todos modos, el INAH ya tomó nota de lo acontecido, ya se citó a los propietarios y ya se agendó un recorrido de peritaje en el rancho Asideros”.

Agregó que en todo momento, los propietarios han otorgado a los especialistas del INAH todas las facilidades para verificar el lugar, por lo que se espera que en esta ocasión ocurra lo mismo.

En dado caso de que exista alguna alteración, “se aplicará el término 52 de la Ley”, la cual establece que “Al que por cualquier medio dañe, altere o destruya u monumento arqueológico, artístico o histórico, se le impondrá prisión de tres a 10 años y multa hasta por el valor del daño causado”, subrayó.

Cuestionado sobre la posibilidad de que exista vestigios arqueológicos en el interior del cenote que fue rellenado con material pétreo, tierra y restos de vegetación, aseveró que lo desconoce, ya que hasta el momento no se ha efectuado un estudio en dicho cuerpo de agua.

El daño causado al medio ambiente, le compete a la Profepa así como a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

De acuerdo con la denuncia de la Profepa, con número PFPA/37.7/2C.28.2/00/38/18, derecho el rancho está ubicado a la altura del kilómetro 37.5 del tramo carretero Tizimín-Colonia Yucatán, en cuyo cenote se depositaron y vertieron unas 4.5 toneladas de piedras, tierra y material vegetal, sin contar con la autorización correspondiente para tal efecto.

Inspectores de la Profepa detectaron la realización de actividades agropecuarias que contaban con la autorización en materia de impacto ambiental, sin embargo, también se constató la afectación y modificación de un cuerpo de agua natural, actividades que no se encontraban consideradas dentro del proyecto aprobado.

 

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