El cambio climático, principal asesino de arrecifes en el Gran Caribe

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En las últimas tres décadas, el cambio climático ha provocado serios daños a los arrecifes de coral del Gran Caribe, al grado de que en cuatro ocasiones se ha registrado una gran mortalidad de este ecosistema marino, en el cual está incluido el mar territorial de México.

Científicos yucatecos, en coordinación con especialistas de Estados Unidos, efectúan estudios encaminados a la obtención de herramientas enfocadas en la recuperación y manejo del Arrecife Mesoamericano y el Caribe mexicano.

El titular del Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Jesús Ernesto Arias González, advirtió que una de las principales amenazas que afectan a los arrecifes de coral del gran Caribe es el estrés por calor, producto del calentamiento de los océanos.

Remarcó que el incremento en el estrés por calor es constante y representa una de las mayores amenazas a estos ecosistemas.

Incluso, al ser más frecuentes esos eventos de elevado calor acumulado, aumenta la vulnerabilidad de los corales.

Expresó que los reportes científicos han mencionado con anterioridad que el estrés por calor es el principal causante del blanqueamiento masivo de los corales, muchas veces relacionado con mortalidad de esos ecosistemas y a un mayor riesgo a presentar enfermedades.

Ante tal fenómeno, el equipo del Cinvestav-Mérida encabeza un consorcio de investigación internacional, cuyo estudio ofrece herramientas fundamentales para la conservación y manejo de estos sistemas, siendo un componente fundamental en la designación de zonas para protección o identificación de potenciales refugios frente al cambio climático.

“En la investigación participan especialistas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés) y el Instituto Smithsoniano, ambos de Estados Unidos, así como el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Cinvestav”, acotó.

Arias González comentó que en las últimas tres décadas, el estrés por calor ha afectado a la mayoría de regiones del gran Caribe.

Apuntó que la magnitud, frecuencia y extensión de estos eventos de estrés por calor presentaron una variación espacial considerable, afectando principalmente a las regiones del Sur del Caribe.

Detalló que son cuatro los mayores eventos de estrés por calor registrados, los cuales han sucedido en 1998 y 2005, así como entre 2010-2011 y 2014-2017.

Incluso, el estudio identifica a 2003 como un periodo de cambio en los patrones temporales de estrés por calor.

Comentó que la mayor parte de los arrecifes del Caribe han sufrido al menos un evento de riesgo al blanqueamiento de coral.

“A partir de 2003, muchos de los arrecifes coralinos del Caribe se han visto constantemente expuestos a eventos de riesgo por blanqueamiento de coral o incluso a riesgo por mortalidad ocasionada por éste suceso”, subrayó.

Por su parte, Aarón Israel Muñiz Castillo explicó que en el trabajo se muestra que algunos de los mayores eventos de estrés por calor en el Caribe están ligados al fenómeno de El Niño Oscilación del Sur (ENOS).

Sin embargo, “el incremento constante en la exposición al estrés por calor puede ser producto principal de un calentamiento en los océanos, consecuencia del cambio climático, así como de otros patrones climáticos de menor frecuencia temporal, como procesos oceánicos que suceden en décadas”, apuntó.

Asimismo, el estudio identificó que a partir de la variación espacio-temporal del estrés por calor es posible ofrecer una regionalización a escala del gran Caribe, la cual puede ser de utilidad para el manejo y conservación de estos ecosistemas en la región.

La investigación también ofrece una delimitación de los patrones de estrés por calor y estos representan a los impactos pasados, los cuales se relacionan en gran manera con la condición actual de los arrecifes coralinos y permiten identificar zonas prioritarias para la conservación.

El estudio, que partió de un análisis espacio-temporal basado en información satelital diaria de la temperatura superficial del mar, ofrece una nueva contextualización del estrés por calor en los arrecifes coralinos del gran Caribe.

De igual forma, enfatiza la importancia de generar información en zonas de estrés por calor emergente, las cuales fueron afectadas en mayor magnitud en los años recientes, entre estas se encuentran algunas como el Arrecife Mesoamericano y el Caribe mexicano.

Además, ofrece información fundamental para generar herramientas enfocadas en la recuperación y manejo de los arrecifes coralinos del Caribe, lo cual puede ser de gran utilidad para futuros proyectos de conservación y estrategias ambientales orientadas a los tomadores de decisión.

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