El aleteo de mariposa que le cambió la vida a una familia

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Radar Político/Columna

Un antiguo proverbio chino dice que el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo, y sin duda eso es lo que ha pasado en Mérida con el caso del pequeño Édgar Huchim Ciau, el niño “viene viene” del restaurante La Gio Circuito, en el sur de la ciudad.

Una publicación en redes sociales que compartió Emmanuel Arceo ha generado todo un tsunami de ayuda para una familia necesitada, la cual por circunstancias diversas tuvo que trasladarse de Tizimín a Mérida, donde se establecieron en una vivienda de la colonia Castilla Cámara, a una cuadra de la barda perimetral del aeropuerto.

El aleteo de la publicación de Emmanuel Arceo (aclaramos no porque sea pequeño sino porque fue el origen) fue retomado por medios de comunicación, entre ellos nuestro periódico digital Yucatán Ahora, que se convirtió en plataforma para que más gente conociera el caso de Édgar, de 11 años, y sus dos hermanos: Manuel de 12 años y Edwin de seis, quienes viven con su mamá Lorena, de 30 años, y su papá Juan, de 60 años.

Como ya hemos publicado, Juan es en realidad el padrastro de los niños, pero los trata y quiere como si fueran sus propios hijos. El papá biológico, un sujeto desobligado y con vicios, se quedó en Tizimín.

Es un gusto sabe que nuestra plataforma ha servido para conectar a una familia necesitada con mucha gente dispuesta a ayudar.

Hoy el panorama de Édgar y su familia ha cambiado, y tienen la esperanza de que vienen tiempos mejores para ellos, ante la ayuda que les han ofrecido, la cual se queda no solo en la solución de sus necesidades inmediatas, sino que van a largo plazo, como aquellos integrantes de la plataforma Didi que se ha ofrecido a apadrinar al pequeño para que siga estudiando.

De grande Édgar quiere ser músico, quiere estudiar bellas artes, quiere aprender a tocar la guitarra y muchos instrumentos musicales. Sin duda será un gran artista, por su gran sensibilidad.

En Tizimín Édgar se enfermaba mucho, padecía asma, pero desde que llegó a Mérida no ha presentado crisis de este mal, pese a que en algunas ocasiones, como aquella noche que le tomaron la foto que detonó todo, estaba trabajando bajo la lluvia, cubierto apenas con una bolsa de naylon.

Esa noche la mariposa aleteó y, pese a la lluvia, su onda expansiva viajó con insospechada fuerza, a tal grado que le cambió la vida a una familia.

Muchas gracias a todos los que han ayudado y a los que están por sumarse.

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