Al menos en Yucatán, los ejidatarios están de acuerdo con la puesta en funcionamiento del Tren Maya, pues la resistencia al proyecto del gobierno federal está focalizado en puntos específicos de Campeche y Quintana Roo, afirmó la investigadora de la Unidad Peninsular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) – Península de Yucatán, Gabriela Torres Mazuera.
Comentó que hasta el momento no hay molestia alguna entre los ejidatarios yucatecos, pero aún así continúan las negociaciones entre estas agrupaciones con el gobierno federal.
“Hay avances y negociaciones en los ejidos donde estará la ruta (del tren), hay un acercamiento directo de las autoridades en diversas poblaciones de la Península de Yucatán”, acotó.
Sin embargo, tanto en Bacalar, Quintana Roo, como en Calakmul, Campeche, prevalece la resistencia entre los ejidatarios.
De tal manera, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) trabaja directamente en estas poblaciones, ya que se pretende adquirir los terrenos o hacer contratos de usufructos con los ejidatarios, a quienes se les explica que la intención es invertir.
Resaltó el interés del gobierno federal por desarrollar el proyecto del Tren Maya pero se requieren de estudios, principalmente, los Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA), y la discusión más fuerte es el caso de la Reserva de Calakmul.
Otro de los problemas es la diferencia que hay entre las dependencias federales, pues en el caso de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) estaría a favor de que se mantenga el estatus de Área Natural Protegida (ANP).
Remarcó la importancia de las consultas, las cuales permiten conocer la postura de la población, por lo que confió en que se desarrollen en el marco de la legalidad.
Torres Mazuera dijo desconocer el avance que tiene el proyecto del Tren Maya ya que es amplio, pues abarca la Península, Tabasco y Chiapas, por lo que son diversos los factores que uno debe de tomar en cuenta y no se tiene la información precisa.
