Édgar está creciendo contra la miseria y demasiadas penas

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Como cualquier niño de su edad, Édgar sale a jugar todas las tardes con sus hermanos y sus vecinos a las puertas de su casa, donde patean un viejo balón mientras llega la hora a la que tienen que ir a trabajar.

Aunque la vida no ha sido fácil para él y sus hermanos, no es un niño malicioso, y aunque ahora es ampliamente conocido por publicaciones en redes sociales y medios de comunicación, entre ellos Yucatán Ahora, el pequeño no siente que esté haciendo algo extraordinario, lo toma como parte de la vida que le ha tocado.

Édgar y sus dos hermanos, uno de 12 años y otro de seis, trabajan todas las noches en el restaurante La Gio Circuito, donde son “viene viene”, ubicado a unas cuadras de su casa.

Ahí popularmente los conocen como “Los Cerebros” y se turnan para trabajar. Por ejemplo, el martes le correspondió a Édgar pero este miércoles les tocó a sus hermanos Manuel (12 años) y Edwin, de apenas seis años.

La historia de Édgar se hizo viral mediante una publicación que hizo un usuario de Facebook, Emmanuel Arceo, la cual fue retomada por Yucatán Ahora y de ahí surgió la iniciativa de algunas personas de ayudarlo.

Ayer visitamos al niño en su domicilio y pudimos constatar la dura realidad que afronta esta familia.

Los tres hermanos viven con su madre y su papá (en realidad es pareja de su mamá, pero los cuida como si fueran sus hijos) en una casa rentada en la calle 64-I número 715 entre 115 y 117 de la colonia Castilla Cámara.

Los tres estudian: El mayor ya va a la secundaria, Édgar está por concluir el quinto grado de primaria y su hermanito Edwin pasará a segundo grado.

La familia es oriunda de Tizimín, donde vive el papá biológico de los menores, quien es un sujeto desobligado, además de alcohólico y drogadicto.

Ante la mala vida que el individuo les daba, la mamá decidió dejarlo y llegó a vivir a Mérida, donde trabaja limpiando casas.

El nuevo papá de los niños, Juan, trabajaba como repartidor de agua, pero ahora no puede hacerlo debido a las cataratas que le nublan la vista. Está impedido para conducir la camioneta con la que distribuía botellones de agua.

Ahora, guiado por alguno de los niños, reparte agua en un triciclo, pero las ganancias son limitadas. “Yo les pido, hijos sírvanme como mis ojos, son buenos niños, estudian y se esfuerza”, señala Juan.

Como mencionamos en la publicación anterior, Édgar está juntando dinero para su traje de pirata que usará en el festival de fin de curso de su escuela, la primaria “Delio Moreno Cantón”.

Si deseas ayudar a estar familia necesitada puedes hacerlo yendo directamente a su domicilio: calle 64-I número 715-B entre 115 y 117 de la colonia Castilla Cámara. También puedes contactarlos al teléfono del señor Juan: 9991 55 69 67.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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