Dura realidad de la milpa en Yucatán: los jóvenes se avergüenzan del campo

PETO.- (Boletín de las cabañuelas mayas) Hace unos momentos el Dr. Manuel Castillo, colaborador del grupo Xok k’iin, presentó los pormenores del programa de actividades para celebrar U kili’ich ixi’imil ichkool (Los granos sagrados del maíz milpero) que realizará vía zoom, a partir de las 11 de la mañana de este martes 29 de septiembre.

Durante la transmisión se abordarán charlas de la resistencia de la milpa urbana de migrantes en Chicago, lidereado por el grupo de mujeres del “Jardín Urbano Sembrando bajo el sol”
Pueblos mayas de Guatemala, compartirán sus conocimientos en torno a la cultura y la agricultura regional.

De la misma forma se compartirán temas relevantes a la situación actual de las milpas de la península de Yucatán, que será abordados por el Dr. Luis Dzib de la Universidad Autónoma Chapingo, y por Adrián López Pérez, coordinador de apoyo técnico para la milpa de Sader.

Además, participarán artistas que presentarán sus murales dedicados a las milpas o de investigadores que hablarán de los temas de la muerte maya, y en cada segmento, participaran jaraneros de la península de Yucatán, coordinados con el colectivo Orgullosos de Ser Jaraneros.

El cartel de la fiesta virtual organizada por el colectivo Xok k’iin fue dedicada al maíz por el diseñador gráfico Kaqchikel Ajtz’ib’-Ajq’ojom, Paz Joj, Walter Amilcar de Guatemala.

El evento será transmitido en la página oficial del colectivo Xok k’iin: @CabañuelasMayas y para quienes deseen más información, comunicarse al email [email protected], asimismo en la parte inferior de este boletín, se comparte los pormenores de esta fiesta comunitaria virtual.

Hacer la milpa, no sólo significa cultivar aquellos granos heredadas desde hace más de 100 años, sino como se transfiere el conocimiento y la cultura de quienes participan, y el maíz, la planta sagrada de las milpas de México, símbolo de identidad, alimento y patrimonio histórico, y forma parte del ciclo agrícola en el campo mexicano, y en la cosmovisión de los pueblos originarios de Mesoamérica, forma parte de la cosmovisión de la vida y de la muerte.

Cuanta angustia y desesperación para muchas familias de nuestros pueblos, ver morir a sus seres queridos, debido al COVID-19, luego sus milpas sufren los efectos del cambio climático debido a la falta de lluvias.

Sin embargo, el impacto mayor al no contar con la asesoría de sus abuelos y abuelas para realizar sus siembras futuras, y de esa forma, muchos se enfrentaran ante la falta de conocimientos locales para mantener sus sistemas productivos, de salud, y de entender lo que significa tener un puñado de semillas y cultivarlo “a tiempo”.

Hoy en día muchos hablan de la aplicación de la alta tecnología y del manejo de semillas super especializadas y en terrenos acondicionados para tal fin, pero la realidad es otra, desde hace muchos años quienes producen en sus territorios no cuentan con los recursos económicos para contar con esas bondades, luego esas semillas externas no todas son aptas para sus espacios productivos.

En ese tiempo, muchos recurrieron a la sabiduría ancestral y trabajaron con los pocos recursos que tienen, y hasta poco más de 50 años, contaban con el apoyo de sus hijos y nietos.

Lo peor de todo, no recibieron durante estos años el respaldo del gobierno, es más se enfrentaron a que sus semillas sean discriminadas “por no ser productivas” y por su parte las políticas públicas educativas hizo que los hijos “le tengan vergüenza al campo” porque significa pobreza y vivir al día.

Con el paso de los años, las instituciones “descubrieron las bondades” de las semillas nativas por ser resistentes a la sequía y luego ciertas plagas y enfermedades, eso significó que su personal miren de nuevo a quienes cultivan las semillas, pero ahora con los ojos de “patentar las semillas”.

Por otro, piratear toda la información disponible al respecto, coincidentemente en los últimos meses el COVID-19, abrió de nuevo los ojos de todos los actores de la sociedad, de lo que significa sembrar bajo la lógica del milpero y consumir productos cada vez más orgánicos.

En sí el virus cambio por completo la vida de todos, los pueblos originarios cada vez sin sus sabios, y lo mismo pasó con las instituciones educativas en las diversas esferas del conocimiento, muchos de sus investigadores fueron víctimas del COVID, afectando así sus trabajos de investigación que son de suma importancia para quienes habitamos el planeta.

¿Y qué podemos hacer? Serán los interrogantes de hoy. De inicio valorar el aporte de los pueblos originarios y de lo que significa la figura de los abuelos y abuelas, así mismo valorar de nuevo esos conocimientos y prácticas milenarias acordes a los territorios, por ese motivo el Colectivo Xok k’iin, los invita de nuevo a este espacio de reflexión y de propuestas para tener esperanzas en un mundo donde tenga mejores oportunidades de vida.

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