Dos vinos blancos ideales para recibir la primavera

MÉXICO.- Por tres generaciones Bodegas Emilio Moro ha demostrado su pasión por el vino con una búsqueda constante de la excelencia en todo lo que hacen, poniendo a prueba sus propios límites y capacidades para dar siempre lo mejor como equipo y como un referente del mundo del vino.

Con base en los conocimientos adquiridos con los años y una mejora continua, la calidad de los vinos de la bodega se ha posicionado a nivel internacional, teniendo a la tecnología como un aliado para reforzar los procesos artesanales, lo que le da una personalidad única a cada etiqueta.

Uno de los pilares más importantes de Bodegas Emilio Moro es la innovación, por ello cuando José Moro, presidente de la bodega descubrió la tierra del Bierzo y la variedad godello, supo que debían crear algo nuevo, fue así como comenzó la historia de los vinos blancos de la marca.

La relación de El Bierzo y José Moro comenzó en 2013 cuando probó vinos de la variedad godello de la zona, aquel primer flechazo fue el que lo encaminó a tener al día de hoy más de 60 hectáreas en El Bierzo, el cual por tener un microclima muy particular le da características únicas a las uvas que nacen de su tierra, de los cuales se obtienen vinos con alma, frescos y con matices apasionante.

De ahí nacen: La Revelía, un vino de alta complejidad, intensidad y finura dentro de una personalidad única, criado en barrica de roble francés. Con un seductor color amarillo pajizo, el cual al descorcharlo enamora por su untuosidad y equlibrio, de una acidez bien integrada que deja un agradable post gusto duradero.

Por otro lado se puede encontrar El Zarzal, un vino con una crianza en fudre de roble francés a temperatura controlada con posterior crianza sobre lías que le confiere destacables propiedades organolépticas y una mejoría de su estabilidad físico-química. A la nariz, envuelve con notas de fruta blanca madura y flores secas equilibradas de forma elegante con toques minerales típicos de la uva. Un vino fresco y agradable a la boca, gracias a su acidez y volumen equilibrado.

Ambos vinos son ideales para el clima primaveral, en una terraza viendo florecer árboles que llenan de color las calles, como las características jacarandas de la Ciudad de México, en un picnic acompañado por una persona especial, en una comida con amigos o familia. Los godellos de Bodegas Emilio Moro tienen como objetivo marcar momentos especiales y dignos de recordar con cada copa.

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