DOÑA ROMUALDA CARRILLO JIMÉNEZ, FESTEJA RODEADA DEL AMOR DE SU FAMILIA SUS 101 AÑOS DE VIDA

Si bien su sueño era alcanzar el siglo de vida, doña Romualda Carrillo Jiménez celebró el pasado 7 de febrero su cumpleaños 101, con ciertos particularidades propias de la edad, pero en plenitud, fuerte, muy consciente y arropada por el todo el amor de su familia, cuyos integrantes se sienten bendecidos y privilegiados por la dicha de contar todavía con su presencia, sus historias, sus anécdotas y enseñanzas, poderla disfrutar.

Como dimos a conocer en su momento, Carrillo Jiménez es originaria de Cuzamá, aunque no cabe duda que cuenta con la admiración de todo Yucatán.

“Le hicimos un almuerzo, está bastante bien, participó, del año pasado a ahora ya camino menos, ya no le festejamos tan en grande como la vez anterior, pero sí fuimos a almorzar con ella. La movemos con silla de ruedas, nos da miedo que se caiga, pero está consciente, disfrutó sus 101 años, nos contó incluso de un conocido de ella que cumplió 107 y sabe que le faltan seis para llegar a es edad”, expresó su nieta, Yamily Bracamontes Pérez.

“Sigue platicando y contando sus historias, de repente escucha un poco más en el oído derecho que el izquierdo, pero nos reconoce. Ella misma cuenta que no padece ninguna enfermedad y es la verdad, no presenta diabetes, hipertensión, nada”, agregó.

Cabe resaltar que en esta ocasión incluso hubo doble reunión, primero el lunes 5, aprovechando que fue inhábil, donde estuvo parte de la familia, quienes no iban a poder asistir el día 7, y luego en la fecha exacta.

Y doña Romualda disfrutó de un delicioso “puchero”, con su respectivo pastel, en el primer almuerzo; así como el suculento “pebre” y un queso napolitano, en el segundo. Ah, pero sobre todo, en su cumpleaños no podía dejar de deleitarse con todo el sabor de la “Coca Cola”, su bebida favorita.

“Todo mundo nos felicita, nos dicen que somos muy privilegiadas y tenemos la bendición de seguir compartiendo con ella, hay otros que piensn que no van a llegar a esa edad, en mi caso siempre digo que yo sí, pero así como ella, que no padece nada”, bromeó Bracamontes Pérez.

“Cuando vamos a visitarla le llevamos cosas, los Cheetos y la Coca son su manjar, igual come panecitos suaves. Cantó su pastel, sopló sus velas, la memoria le sigue funcionando perfectamente”, añadió.

De acuerdo con su nieta, la familia continúa creciendo y para los 101 años ya contaron con la presencia de dos tataranietas más.

Carrillo Jiménez contrajo matrimonio con el señor Zenón Pérez Kuk (+) y tuvieron seis hijos: Orlando (+), Eloy (+), Rosario, Freddy, Diana y Leilany, para luego conformar un bonito núcleo familiar de 23 nietos, 46 bisnietos y ahora también 23 tataranietos.

“El año pasado que cumplió sus 100 años estaba muy contenta de que le habíamos festejado porque era uno de sus sueños, soñaba con que se le celebraran los 100, ya cumplió su sueño, pero siente que le faltan dos o tres años más de vida”, indicó.

“La silla de ruedas la usamos para transportarla, aunque la odia, el día de sus 100 años íbamos a llevar la silla y no quiso porque es medio vanidosa, ella entró caminando, con su bastón, pero caminando, el bastón incluso tampoco lo quería utilizar, le causaba conflicto porque ella no se siente viejita, le tuvimos que decir que hay gente que lo usa por elegancia y por eso lo empezó a emplear”, finalizó.

Son 101 años de doña Romualda Carrillo Jiménez, 101 y contando, que venga todavía muchos más, que así sea.

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