Crónica de una solidaridad sin precedente por la muerte de Fabrizio

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Esta crónica comienza con una contradicción.

En un parque lleno de juegos infantiles -grandes y coloridos- donde niños repletos de vida corren, saltan, gritan, se caen y levantan para seguir jugando, dos padres desesperados reunieron a ciento de personas para pedir justicia por un hijo muerto.

Esta crónica continúa con otra contradicción: El nené fallecido, de un año, había entrado hace casi un mes al quirófano de la Clínica Star Médica con un excelente estudio prequirúrgico para una operación ambulatoria (corregir un testículo que no había bajado correctamente) y en tres días de locura y angustia, sin explicaciones, perdió la vida.

Esta crónica, lamentablemente, sigue con otra contradicción: estos padres que enterraron a un hijo hace semanas no saben de qué murió, porque ni los médicos ni la clínica donde fue atendido les han dado a la fecha una explicación del deceso.

Sin embargo hoy Mónica Avila Rodríguez y Santiago Sosa Cerón sacaron fuerzas vaya a saber de dónde para levantarse de la cama, vestirse de blanco y llegar temprano al Parque Tabentha (a un costado de la clínica Star Médica), con globos blancos para marchar y pedir justicia por su hijo Fabrizio.

Poco minutos después de las 10 de la mañana, más de 200 personas coparon el parque. En orden cronológico había desde bebés en las panzas de sus mamás, niños en brazos, otros que corrían por todos lados, gente de mediana y de la tercera edad. Muchos eran familiares y amigos  de Mónica y Santiago pero otros no. Nunca los saludaron ni hablaron con ellos, tampoco son “amigos” en las redes sociales, ni mucho menos conocían a Fabrizio. Sin embargo no dudaron un instante en vestirse de blanco y acercarse a pedir justicia.

Es el caso de Rodrigo y Violeta, dos jóvenes de 28 años cada uno. Violeta carga una hermosa y gigante barriga que en pocas semanas dará a luz a un bebé. “Nos enteramos por los medios de lo que ocurrió y creemos que es una injusticia de parte de la clínica. Estamos acá para pedir que no se vuelva a repetir”, explicó Rodrigo.

Miriam y Camilo vinieron con Itaí, su hijito que traen en brazos. “Vinimos a apoyar a esta familia para que se haga justicia. Basta de negligencia hospitalaria, debe haber mejor atención médica”, señaló Miriam.

Mariana está embarazada y vino con su esposo Luis y Santiago, su hijito de menos de un año. “Vinimos a apoyarlos porque se hizo una injusticia. Nosotros tenemos un hijo y otro en camino y pudimos estar en el lugar de ellos. Todo es un negocio y se pone en juego la vida de los pacientes”, relató Mariana.

Carolina y Javier llegaron con un hijito de la edad de Fabrizio. “Vinimos a apoyarlos. Al parecer hubo negligencia médica, no le dieron la atención adecuada y estas cosas no pueden seguir sucediendo”, dijo Javier.

Maribel llegó a la plaza con amigas, todas entre 45 y 55 años. “A los médicos con mucha experiencia se les olvida la ética y el compromiso con los pacientes y eso no puede ocurrir. Además hubo negligencia por parte de la clínica, hay mucha insalubridad allí”, remarcó.

Elsye perdió a su bebé Francesca hace poco más de un año. “Comparto el mismo dolor que sienten estos padres pero tienen que entender que no están solos”, afirmó.

La manifestación fue silenciosa y partió del parque a las puertas de Star Médica. De regreso al punto de partida, Mónica y Santiago agradecieron, emocionados, a los presentes y explicaron que esperan que se esclarezca la situación para que no vuelva a ocurrir una desgracia como la que están viviendo.

Dentro de todas las contradicciones que se vivieron hoy en el Parque Tabentha, surgió una coherencia, fuerte y clara: Estos padres no están solos. (Cecilia García Olivieri)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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