Constructora yucateca entrega casa nueva en malas condiciones a pareja que vino a radicar a Mérida

Andrés Robayo y su pareja  llegaron a Yucatán atraídos por sus bellezas naturales, seguridad y todas las riquezas que ofrece la entidad, pero en contraparte se han llevado la decepción de su vida, al adquirir una residencia de prácticamente 3 millones de pesos, en Palta 152, en Cholul, pero que ha presentado todo tipo de deficiencias, sin que nadie les responda o repare los daños.

Robayo es originario de Colombia, aunque radica en Monterrey, Nuevo León, lugar de nacimiento de pareja, donde ambos tienen su fuente laboral y continúan trabajando de manera virtual desde esta ciudad.

“Venimos con la ilusión de vivir en un espacio tranquilo, cómodo, sin embargo nuestra inversión ha sido un karma total, ya que no nos han cumplido con nada, es una vivienda bastante costosa y ha tenido problemas de piso a techo, han tenido casi que reconstruirla, múltiples humedades, daños estructurales, las tuberías y el cableado no corresponden a los planos, hemos pasados semanas sin luz y sin agua”, dijo.

Osroca corporativo y Noord es la empresa a cargo de este complejo habitacional, que presuntamente, hasta el momento, pese a las continuas quejas, nadie habría dado la cara y las condiciones son cada día peores, ya incluso con riesgos de enfermedades y ambiente insalubre.

“Hemos enfrentado contratiempos con todos los accesorios durante seis meses y no hemos podido disfrutar la casa, por lapsos los 4 baños de la casa han estado deshabilitados por completo, hay días donde el agua sucia del inodoro sale por el lavamanos o la ducha, es hasta inhumano vivir en una casa poca higiénica”, indicó.

Cabe destacar que ambos han quedado fascinados con la cultura yucateca, su comida, las playas, les encanta bucear, ya están certificados con un grupo local y visitan constantemente los cenotes.

“Estamos enamorados de la zona, desafortunadamente con la compañía no nos ha ido bien, no hay control de calidad, no hubo un seguimiento durante la construcción, no usaron los mejores materiales, arreglan una cosa y sale otra”, manifestó.

“Cuando compramos la casa, en teoría ya estaba lista, aún así nos la entregaron dos meses después porque querían hacer una última revisión. La visitamos e hicimos una lista de las cosas que detectamos, dos meses antes, y ahora han pasado seis más, prácticamente nadie nos contesta, nos mandan nada más con atención al cliente, no dan la cara y se incrementan los problemas y ha sido el cuento de nunca acabar”, añadió.

Cabe señalar que los techos no estaban impermeabilizados y las paredes no tenían acabados, lo que ha generado filtraciones de agua e inundaciones al interior de la vivienda, que además generan humedad. Son constantes los cortes de energía eléctrica, la construcción se la vendieron con ventiladores ya instalados, pero no funcionan correctamente y las tuberías no fueron bien colocadas, ni selladas.

“Hay daños colaterales, mi señora y yo trabajamos de manera remota, pero aquí nos cuesta mucho, todos los días tenemos gente trabajando, golpeando con martillos, perdemos horas del día, ni nuestros fines de semana son satisfactorios porque no podemos salir. Queremos que la empresa de la cara, que tome acciones, que venga alguien que se apropie y responsabilice de entregar la casa en las condiciones correctas”, expresó.

Con todas las modificaciones, Robayo aseguró que ha sumado cerca de otro millón de pesos, al costo original de su vivienda.

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