Con caravana celebra sus 108 años de edad

  • Panchita, como le dicen de cariño, Francisca Moreno disfrutó del tradicional pastel y de las mañanitas

¡Qué fácil se dicen 108 años!, pero es todo un cúmulo de experiencias, de sabiduría, de enseñanzas, de amor, una familia formada ya por cinco generaciones, todo un ejemplo de vida, es doña Francisca Moreno Díaz, la “Abuelita Panchita”, a quien sus seres queridos le rindieron un merecido homenaje con una caravana, para festejar su cumpleaños 108.

Y lo mejor, es que la “Abuelita Panchita” luce muy buena salud, muestra todavía mejor actitud, se divierte, aplaude y disfrutó como nadie su día.  

“Alegre, estoy con mis hijos, mis nietos, con todos los niños”, afirmó.  

Moreno Díaz nació el 3 de diciembre del 1913, en la Hacienda de Balancán, Comisaría de Sitilpech, municipio de Izamal, hija de Francisco Moreno Bolio y Elodia Díaz Quiñones, quienes igualmente procrearon a José Arcadio y Rosa María.  

A la edad de 14 años, cuando falleció su padre, “Panchita” ya ayudaba a su madre vendiendo tortillas en el mercado, calabazas sembradas en el patio de su casa y flores llamadas mariposas, para contribuir en los gastos del hogar.  

La hoy festejada contrajo nupcias con Andrés Sierra Padrón y de ese fruto nacieron sus cinco hijos: Juanita, Susi, Andrés, Mario y Jorge.  

Una mujer que siempre inculcó las buenas costumbres, en una época en la que los buenos modales, la obediencia, el respeto por las personas mayores y los padres eran pilares de la familia y la sociedad.  

Cabe señalar que doña “Panchita” se dirigía a sus hijos, nietos y bisnietos cuando eran pequeños con la frase “la gente grosera y mal educada en ningún lado cabe”, para corregirlos al observar un mal comportamiento o escuchar una mala palabra.  

De acuerdo con sus hijos, siempre se despierta con una gran sonrisa y pidiendo su rico chocolatito con francés o galletas, dando la bienvenida, repartiendo bendiciones y agradeciendo las atenciones que recibe, tal y como lo hizo en cada abrazo y felicitación que recibió por su cumpleaños.  

Hoy en día, Moreno Díaz presume 20 nietos, 16 bisnietos y dos tataranietos, todos cobijados por el gran amor que les tiene y de los cuales también aprende, dado que los tiempos cambian y el mundo evoluciona.  

“Antes estaban jugando en el sol, la lluvia, ahora los niños todos trabajan en la computadora”, expresó.  

“A mí también me gusta la computadora”, agregó entre risas, con enorme sentido del humor.  

La “Abuelita Panchita” se ha caracterizado también por un sazón único y gusto por la cocina, heredado por sus nietas y bisnietas.  

“Me gusta la cocina, una de mis comidas preferidas el bistek con papas, eso me gusta”, indicó, aunque en su tiempo también preparaba budín, dulce de coco y ciricote, pulpas de tamarindo y merengues.
La educación y valores inculcados a las siguientes generaciones los ha mantenido unidos y han aprendido que la familia es lo más importante, que en momentos tanto de alegría como de grandes pesares deben permanecer juntos, por eso sus seres queridos disfrutan de momentos inolvidables con ella, como ocurrió en esta ocasión.  

Moreno Díaz es fiel devota de la Virgen de Izamal, a la que se refiere como “la Reyna de Yucatán” y que recordó en su cumpleaños 108. Le pide todos los días por los niños, los pobres y los enfermos, incluso en momentos de tristeza al pensar en su partida se encomienda a ella con gran fervor.  

A toda persona que ve llegar, “Panchita” la saluda con entusiasmo y con una hermosa sonrisa le dice “bienvenida”.  

Emocionada y desde la terraza de su casa, Moreno Díaz fue testigo del recorrer de los automóviles de la familia, de las múltiples muestras de afecto, vitoreada, consentida, recibió arreglos florales y el tradicional pastel, con su respectivo canto.  

“Pensé que cumpliría ocho”, volvió a bromear.  

“Creí que era otra vez joven, para ir a bailar con los jóvenes”, añadió.  

Moreno Díaz reveló ser admiradora de Pedro Infante y Javier Solís, con gusto por el danzón y el vals.  

“Estoy contenta porque ya vi a mis nietos, bisnietos y tataranietos”, manifestó.  

Llegar a 108 años es una bendición para su familia, sobre todo por lo complicado que se han tornado estos últimos años con la pandemia del Covid-19, de hecho la “Abuelita Panchita”, recordó a los que se han adelantado en el viaje.  

“Ellos quieren que yo esté aquí todavía, que Dios los bendiga”, señaló.  

Es la hija, la esposa, la madre, la abuelita, la bisabuela, la tatarabuela, un reflejo de trabajo, de esfuerzo, de respeto, de valores, compromiso y responsabilidad, sin duda de éxito, la “Abuelita Panchita”, un modelo a seguir.

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