Como taxista te toca de todo: Desde llevar a un borrachito hasta traer un bebé al mundo

MÉRIDA.- En sus cinco años como taxista, Sandra Solís Worbis nunca se imaginó que con sus propias manos ayudaría a traer una bebé al mundo.

Se trataba de su segundo viaje del día, en épocas complicadas, brindar un servicio es un respiro para los taxistas, más si se trata de un viaje largo.

Sandra acudió hasta el domicilio ubicado en Paraíso Caucel, donde ya la esperaba un matrimonio junto a sus dos hijos. Al llegar comprendió que se trataba de un servicio que requería de atención urgente: una mujer a punto de dar a luz.

El destino era el CEM, ubicado en la calle 60 con avenida Colón, pero el viaje no pudo ser finalizado, ya que a medio camino se percató que la madre ya no aguantaba más los dolores de parto y decidió suspender el recorrido para ayudar en el milagro de la vida.

Entrevistada por Yucatán Ahora, narró cómo sucedieron los hechos que la convirtieron en partera por un momento para ayudar a nacer a una niña.

“Me pidieron un servicio, cuando llegué, el muchacho me comentó que su esposa ya estaba en labor de parto. Me pidió que si podíamos dejar a sus otros dos niños en casa de uno de sus conocidos y los fuimos a dejar.

“En el transcurso del camino, la muchacha ya tenía los dolores, ya no aguantaba, se quejaba en el camino y yo sentía que la clínica a la que la íbamos a llevar estaba muy lejos, era el CEM, entonces le dije, mejor me voy a parar en el retén y voy a pedir una ambulancia porque no llegaremos a tiempo.

“Me estacioné en el retén, hablé con los oficiales y les pedí una ambulancia urgentemente porque ella ya iba a dar a luz, ellos llamaron al 9-1-1, le hicieron algunas preguntas, pero ella ya no podía ni conversar, entonces recosté a la muchacha en el auto, yo ya estaba nerviosa, y en el momento en que la recosté, su esposo se puso del lado de su cabeza y veía como sus contracciones eran fuertes.

Uno de los oficiales ya se estaba poniendo los guantes y ella no quería que un policía hombre la viera, y me dijo que quería que yo le reciba al bebé porque ya no aguantaba.

“El oficial me dio unos guantes, me los puse y empezamos, contamos hasta tres y le decía que puje, hasta que empezó a salir el bebé. Cuando salió, lo agarré, lo puse boca abajo, le di unas palmaditas, en el cuello tenía enredado el cordón umbilical y se lo quité lentamente, la tapamos con una playera limpia, le limpié sus ojitos, sus orejas, lloró y todo fue perfecto, yo estaba temblando, pero todo fue rápido y salió bien”.

Sandra reconoció que aunque estuvo nerviosa, pudo controlar sus emociones y ayudó a traer al mundo a la niña, en una experiencia que catalogó como única y asombrosa. Mencionó que decidió detener el viaje, ya que su intuición como madre de tres hijas le indicó que no iban a llegar.

“Me sentí emocionada, es la primera vez que me pasa esto, ya tengo unos cinco años como taxista, me gusta mi trabajo, siempre me ha gustado ayudar, para mí fue muy emocionante, ver cómo nace, fue una niña y en perfecto estado, tenía unos nervios, ya ni buscaba qué hacer y me asombró, porque mi hija también acaba de dar a luz hace dos semanas y ahorita tengo esta experiencia con otra señora”.

Era su segundo viaje de la jornada: “Estaba buscándole, como ha estado bajo el trabajo, vivo casi al día, y cuando salió dije ‘al fin salió un viaje’, pero la verdad no me arrepiento de ese viaje, ella me quería pagar y le dije que no me pague, que pague primero la atención de la bebé”.

“Ella estaba muy asustada con los dolores y todo, pero cuando vio a la bebé se puso muy contenta. Al papá no le cuadraba lo ocurrido, estaba como que en shock y no le caía el veinte, estaba preocupado a la vez por los dolores, pero después quedó tranquilo”.

Al final, todo quedó en una experiencia que ambas mujeres recordarán por toda su vida.

“Me llevo la mejor experiencia como taxista, estoy muy contenta con el recibimiento de esa bebé, es la primera vez que me pasa y sé que no es lo primero que me va a tocar, porque en este mundo te toca de todo, desde un borrachito hasta un enfermo, la señora me dijo que la vaya a ver a su casa y le dije que no se preocupe, que primero cheque a la bebé y que yo la pasaba a ver luego”.

Sandra Solís Worbis al volante de su taxi. Desde hace cinco año se dedica a esta labor.

Comentó que en su labor como taxista ha tenido que ayudar a muchas personas, pero nunca un caso como el de la embarazada. “Los taxistas hacemos hasta de psicólogos, me han tocado señoras que van llorando, que están enfermas, con silla de ruedas, pacientes con enfermedades terminales, yo he tenido que cargar personas, y para eso estamos, para ayudar a la gente”.

Finalmente, agregó que respecto al cierre a la circulación vial a partir de las 10:30 de la noche, “sería muy bueno que por alguna emergencia nos permitan trabajar y apoyar a esa gente que lo necesita en cualquier emergencia, ya que es muy difícil contar con ambulancia para alguien que lo necesite en la noche”.

Además recordó que todos los taxistas deben de tomar precauciones ante cualquier emergencia y cargar siempre con un botiquín, así como estar de acuerdo en tomar unos cursos de primeros auxilios ante cualquier situación que se les presente.

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