Ciudadanos en combate a la contaminación auditiva en Mérida

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Recibimos el siguiente escrito de meridanos preocupados por el ruido:

El pasado 27 de abril se conmemoró el Día mundial contra el ruido, fecha que a últimos años ha cobrado relevancia ya que en los recientes estudios realizados los resultados confirman que la contaminación acústica tiene efectos nocivos para la salud, tanto temporales como permanentes a través de los sistemas endocrinos y nerviosos autónomos.

Las consecuencias en el organismo empiezan a ser observadas a partir de las exposiciones diarias a largo plazo a niveles de ruido por encima de los 60 decibeles (nivel límite recomendado por la OMS y que ocurre por ejemplo en zonas de alto tráfico).

En Mérida se está dando la batalla en contra de la contaminación auditiva pero aún estamos lejos de ganarla, el crecimiento exponencial que tiene la urbe hace que los esfuerzos municipales parezcan simples actos simbólicos y en el mejor de los casos acciones aisladas que no rinden los frutos deseados.

En años recientes el “boom” inmobiliario, que dio origen a la apertura de un gran número de bares y restaurantes mayormente en el centro de la ciudad y en plazas comerciales, ha generado tal grado de contaminación auditiva que ha provocado el hartazgo de los vecinos que viven en esas zonas llevándolos a crear asociaciones civiles y movimientos en redes sociales que buscan frenar la ruidosa ola que reciben diariamente.

Los expertos afirman que se debe que estar alerta a ciertos signos para evitar daño auditivo y una posible hipoacusia o pérdida de la capacidad auditiva, puesto que el oído emite su alarma y hay que prestar atención para evitar perder nuestra capacidad de escuchar y también la calidad de vida.

Cierre de bares en el poniente de la ciudad

Cientos de vecinos de diferentes zonas habitacionales siguen dando la lucha para que su demanda de menos ruido, más salud, sea escuchada. Prueba de que no todo esta perdido en esta materia y de que las autoridades municipales están dispuestas a brindar soluciones es que semanas atrás se logró el cierre de dos bares, uno de ellos denominado “Like”, por la alta contaminación auditiva que generaban en la zona, sobre todo los fines de semana.

De las acciones destacables del actual alcalde, Renán Barrera Concha, es que no ha cedido a las presiones que ha recibido para reabrir dicho bar, como plantones en las oficinas de la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida por parte de empleados utilizados y enviados por los dueños.

Especialistas han señalado que en Mérida aún se esta a tiempo para controlar la contaminación auditiva, que trae consigo otros estragos para la sociedad meridana como la corrupción, tal y como se señala en el caso anterior.

La mayoría de la población desconoce los efectos perjudiciales que puede ejercer el ruido sobre la salud –tanto física como psíquica–, y su nivel de influencia en ciertas enfermedades, sobre todo las de tipo cardiovascular.

La contaminación auditiva al igual que la de desechos químicos o industriales, la tala de árboles y una cultura de corrupción, pues en donde marca la ley una acción siempre hay una forma de darle la vuelta, no abonan a una convivencia armónica. Se espera que el municipio continúe con pies de plomo y voluntad férrea para seguir reforzando las acciones para prevenir y disminuir la contaminación auditiva.

Claves y señales físicas de alarma:

  1. Sensación de oído tapado
  2. Zumbidos

Decibeles permitidos

El ser humano es capaz de soportar entre 0 decibeles y 130 decibeles, y dentro de ese rango la autoridad federal establece un término de 68 decibeles para ruido diurno y un máximo de 65 decibeles para el turno nocturno. Cabe mencionar que el nuevo reglamento de Mérida contra el ruido que beneficiara a los vecinos está en su fase final.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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