Camaleónico sujeto estafa a nombre de Dios en el sur de Mérida

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Unas veces con bastón, otras sin… Algunas con barba, otras lampiño, siempre bien vestido y educado y con un infaltable celular en mano, un hombre usa sus mejores dotes histriónicas para estafar vecinos que viven cerca de la Parroquia Santa Rosa de Lima, ubicada en la calle 97 entre 46 y 46-A, del sur de Mérida.

Nadie sabe su nombre, sólo que tiene más de 40 años y su aspecto es de “fuereño” o “huach”, según sus víctimas. El modus operandi de estafa venía intacto hasta que varios vecinos comerciantes dieron aviso a la parroquia de que un señor pedía comida para albañiles de la iglesia o para alguna fiesta que se organizaría en el lugar en nombre del padre Gerardo Castillo, párroco del lugar.

Lo interesante del caso es cómo opera este individuo, expuesto por sus víctimas en una fotografía que circula en redes sociales.

Todo comenzó cuando, hace unos meses, se realizaban trabajos de albañilería en la parroquia. El estafador se acercó a una cocina económica de una colonia cercana a la parroquia y encargó comida para los trabajadores de la iglesia, siempre en nombre del párroco Gerardo.  El tipo llega con el celular en mano y finge en el momento una llamada con las oficinas de la iglesia.

Si el menú por determinada cantidad de raciones costaba 800 pesos, él finge en el llamado que podrán retirar de la iglesia dos billetes de 500, pero le deben entregar a él el cambio por 200 pesos.

Peggy Cruz es asistente en la oficina de la parroquia y platicó con Yucatán Ahora por este caso en particular. “Llegó a la cocina económica con una supuesta llamada en curso con el sacerdote, en la que el párroco pedía el menú para los albañiles. Pidió muchas raciones y que pasaran a cobrar por la oficina, pero que el vuelto de lo comprado se lo entregaran a él”, detalló Peggy.

El delincuente hizo exactamente lo mismo con unos vendedores de jugos y la última estafa fue hace una semana, con dos mujeres que atienden una tienda donde venden barras de pan.

Sobre la estafa platicamos con Silvia, quien junto con su madre cayó en las garras del timador.

“Llegó con pantalón y camisa a cuadros, bien vestido. Traía bastón. Nos explicó que había un evento en la iglesia y que necesitaba encargar 400 barras de pan. Nos aseguró que estaba el padre en la puerta de la iglesia con el dinero (dos mil pesos). Nosotros le cobrábamos mil 200 pesos y le debíamos entregar los 800 de cambio a él en mano”, detalló Silvia.

Y eso hicieron y automáticamente el tipo desapareció de su vista. Pero Silvia dudó, tarde, pero dudó.

“Le dije a mi mamá que antes de encargar las 400 barras, averiguáramos si el pedido era real. Entonces mandamos a alguien a la iglesia y ahí supimos que todo era una farsa”, relató, angustiada.

Silvia explicó que hoy día es difícil creer en la gente. “Nosotras ya escarmentamos y hay que averiguar todo antes de confiar en alguien.

La asistente parroquial Peggy también contó que hace poco le pidió a una vecina del rumbo una fuerte cantidad de panuchos con la mentira de que se haría un evento en la iglesia. “En este caso la mujer no confió en el estafador y vino a averiguar con nosotros primero”, señaló.

Asimismo, comentó que desde hace varias misas el padre Gerardo le avisa a la gente que no confíen si un hombre pide dinero en su nombre y les suplica que estén atentos ante estas cosas.

“Nos contaron que vive cerca de la iglesia pero no sabemos dónde exactamente. Tengan en cuenta que cambia todo el tiempo de apariencia y consulten antes con la parroquia si tienen alguna duda”, pidió Peggy.

El teléfono de la iglesia es 999 929 6043.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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