Allegado del alcalde de Izamal se niega a pagarle a una abuelita que atropelló

La caída que sufrió doña Manuela Yamá Euán el pasado 30 de octubre, propiciada por un motociclista ebrio que la embistió cuando iba en su triciclo, no es la única que ha sufrido en sus 69 años, pero el paso del tiempo y la irresponsabilidad del briago le han complicado las cosas.

Descendiente de aquellos inmigrantes coreanos que llegaron a Yucatán durante la época del oro verde, en estos momentos está siendo operada en el hospital O’Horán, debido a una lesión que le dejó en el brazo el accidente.

Como publicamos, la abuelita fue atropellada en Izamal cuando manejaba un triciclo con las plantas que sale a vender para ganarse el sustento.

El causante del accidente fue el motociclista Juan Antonio Dzib, quien manejaba ebrio y golpeó por atrás a doña Manuela, quien por el impacto cayó al suelo y sufrió diversas lesiones.

“No sé cómo me golpeó porque hasta mi ropa se me rompió, se abrió por la espalda”, recuerda la abuelita entrevistada mientras realizaba los últimos trámites para la operación en su brazo.

“Ese señor (Dzib) estaba escapando de sus hijas que lo perseguían para quitarle la moto porque estaba borracho”, agrega la lesionada, quien no ha sido indemnizada por el accidente.

“Ese día fueron mis hijos a denunciar al Ministerio Público de Izamal, yo no fui porque me llevaron a curarme”, señala. “Cuando fueron a ratificar la denuncia les dijeron ahí que no era válida porque yo no me presenté”.

Hasta ahora no le han pagado y doña Manuela teme que el caso quede en impunidad porque presuntamente Juan Antonio Dzib es allegado del alcalde Fermín Sosa Lugo.

La mujer es de escasos recursos y vende plantas para subsistir. Tiene seis hijos pero todos, con excepción de uno, viven fuera de Izamal.

“Yo siempre he trabajado, la vida no me asusta, me han pasado muchas desgracias, pero siempre he salido adelante, por eso vendo mis plantitas, frutas, verduras que sembramos mi hijo y yo, tenemos nuestras gallinitas, vendemos huevos, comida no falta, pero para lujos no hay”, expresa doña Manuela.

Lo único que pide es que el causante del accidente le pague por las lesiones que sufrió. Han sido varias vueltas al hospital O’Horán y ella ha tenido que trasladarse por su cuenta, porque le han negado la ambulancia que está al servicio del ayuntamiento.

“No ha dado ningún peso (Juan Antonio Dzib), mientras mi hijo y yo hemos gastado mucho, y también cuando venimos a Mérida descuidamos nuestra venta y nuestros sembrados y animalitos”, expresa e inevitablemente las lágrimas le salen, pero se las limpia apenada por “permitirse” esa “debilidad”.

Anoche doña Manuela y su hijo Wilberth Chan Yamá pasaron la noche en Mérida, porque hoy la ingresarían muy temprano. No pudieron viajar a Izamal por el gasto que implicaría y porque tenía que estar muy temprano en el hospital.

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