Alcohol y calor, fatal combinación que detona suicidios

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los suicidios ocurridos en Yucatán son a consecuencia de la fatal combinación del alcohol y el calor, pues tan sólo este jueves fueron dos los casos reportados en un lapso de tres horas, afirmó el investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Paulino Dzib Aguilar.

En lo que va del año, ya son al menos 78 las personas que han ofrendado su vida a Xtab, diosa maya del suicidio.

Aseveró que la mayoría de los casos se registra entre mayo y junio, así como en julio y agosto, por lo que refutó la versión de que en diciembre se dispare el problema.

Los hechos empeoran cuando la persona ingiere bebidas embriagantes, o está bajo la influencia de alguna otra droga.

El fenómeno socioeconómico de la globalización impacta notablemente en el crecimiento del índice de suicidios en Yucatán, por lo que ya se ubica entre los tres primeros lugares.

El especialista del área de psicología criminalística precisó que “la población suicida fluctúa entre los 20 y los 36 años de edad, y en su mayoría, son más hombres que mujeres en edad productiva, lo que representa un serio problema”.

A las personas -continuó- con tendencia suicida se les reconoce por sus problemas de depresión, consumo de sustancias o trastorno mental, incluso, también son impulsivas.

La ausencia de motivación, la violencia, la falta de apetito y la agresión asimismo son algunos indicadores de la posibilidad de hacerlo, subrayó.

Dzib Aguilar abundó que son numerosas las explicaciones biológicas, psicológicas y antropológicas, pero el hecho es que la población local es susceptible a cometer este acto.

Expresó que el suicida atraviesa por tres etapas, y la primera es cuando surge la idea de quitarse la vida como una opción.

La segunda es la planeación, es decir, la persona establece la hora, el lugar y con qué o cómo, finalmente, es el intento. El colgarse es la actividad más frecuente, y los hombres son los que más consiguen quitarse la vida.

Remarcó que en los dos primero periodos es cuando se puede intervenir y para ello resulta fundamental la observación.

El problema se registra con mayor frecuencia tanto con los jóvenes, quienes debido a su corta edad no saben lo que hacen, y las personas de la tercera edad, quienes se consideran como un estorbo.

En lo que va del año, en el Estado ya se registraron 78 casos confirmados de personas que atentaron contra su vida, cifra que es 30.4 por ciento inferior con respecto al el mismo período de 2018, cuya suma fue de 112.

Los casos ocurrieron en 30 municipios, de los cuales fueron en Mérida, siete en Kanasín, cinco en Umán, y con tres casos están Progreso y Valladolid.

Con dos casos están Celestún, Dzilam González, Motul y Temax. El resto se cometieron en Acanceh, Baca, Cansahcab, Cenotillo, Cuzamá, Kantunil, Mama, Maní, Maxcanú, Panabá, Río Lagartos, Sotuta, Tekal, Tekantó, Tekax, Tetiz, Ticul, Tinum, Tixméuac, Tixpéual y Tizimín.

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