Mayas en contra de reapertura de mega granja porcícola y fumigación aérea

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La clausura definitiva de la mega-granja porcícola de Homún y ponerle un freno a las licencias de fumigación aérea en el Oriente del Estado, fueron las principales demandas de pobladores de diversas comunidades mayas de Yucatán que marcharon por diversas calles del primer cuadro de la ciudad.

Durante la caminata, en la que participaron cerca de 200 personas, entre ellos niños de diversas edades, se afirmó que se impedirá a toda costa la reapertura de la granja, ya que ante todo se busca evitar la contaminación del Anillo de Cenotes.

Los participantes de la marcha “Ki’u’uy a u’uye’ex” (¡Oíganlo muy bien!), provenientes de poco más de 10 poblaciones indígenas del interior del Estado, señalaron que “en Homún no queremos que pongan una granja de cochinos junto a los cenotes”.

Indicaron que “no se tolerará que continúen las actividades en la clausurada granja de Homún”.

“Se busca la clausura definitiva de la mega-granja porcícola así como la reparación de los daños ocasionados (al medio ambiente)”, por lo que no tolerarán que se siga violando la Ley y que se ponga en riesgo la vida de las familias de Homún.

Al mismo tiempo advirtieron que “los pueblos indígenas tienen derecho a la conservación y protección del medio ambiente y de la capacidad productiva de sus tierras y recursos”.

Concentrados en el centro de la Plaza Grande, dijeron que tampoco tolerarán que continúe la fumigación aérea, tal como lo realizó el empresario Jacobo Xacur Eljure, el 11 y 12 de julio pasado, afectando a agricultores y apicultores de Dzonot Carretero, comisaría de Tizimín, cuyos daños fueron por más de dos millones de pesos, ya que provocó la mortandad de abejas, además de la pérdida total de siembras de calabaza de pepita grande, frijol xpelón, chile verde y sandía, principalmente.

“Nos defenderemos cada vez que quieran rociar de veneno la tierra”, advirtieron los marchistas, que estuvieron respaldados por representantes de asociaciones de izquierda así como académicos e investigadores.

Durante el evento, que duró poco más de una hora, se anunció que en Kanxoc, comisaría de Valladolid, “ya resolvimos unir los ejidos que fueron divididos”, por lo que se comprometieron a procurar que se mantengan sólidos.

De igual forma, se opusieron a la construcción de un muro alrededor de la hacienda de Santa Gertrudis Copó, comisaría de Mérida, ya que “adentro (de la muralla) desean vivir personas que no son de este pueblo”.

Asimismo, se estableció que no tolerarán que los ejidos de Chocholá y Chablekal, comisaría de Mérida, “tomen las decisiones sobre los montes, el aire, el Sol y el agua, porque es de toda la gente”.

Finalmente, en cuanto a las plantas de energía alterna, eólica y solar, aseveraron que no están en contra de ellas, pero desean que estén en diversas poblaciones, para garantizar el suministro de luz.

“No estamos contra los espejos para el Sol (celdas fotovoltaicas) ni los abanicos-eólicos, sólo queremos que haya uno en cada pueblo, pero que sea para que tengamos corriente limpia los que vivimos en el pueblo”, se concluyó.

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